Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 24 de octubre de 2016

CAMBIA TU ATENCIÓN Y EVITA EL SUFRIMIENTO

Nos aferramos a las cosas, a la gente, a las casas, al coche, a aquella chaqueta que nos queda tan bien hoy, al tiquet del cine de aquella película en la que fuiste en su compañía…y a ¡tantas cosas!.
No queremos sufrir. Huimos del sufrimiento siempre y, sin embargo, estamos propiciándolo a cada instante. Lo llamamos nada más que usamos el apego; y lo usamos mucho.

Nos han enseñado a retener, a mantener una estructura fija en la que existan los menores cambios posibles. A conservar rutinas, a estar aburridos con lo que en realidad nos da seguridad; pero lo seguro es una ilusión. Todo cambia. 

Nosotros estamos cambiando desde que nacemos. Todo se mueve siempre en un reajuste perpetuo en el cual pretender que las cosas sigan igual no tiene sentido.

Cuanto menos apegados estemos menos sufrimiento experimentaremos. Se dice fácil. Es muy difícil.

No quisiéramos que nada cambiase. Tenemos la percepción de que si las cosas cambian va a ser todo peor. Nos parece que estamos en un punto en el que sin estar genial, no estamos mal. Y retenemos y sujetamos. Sentimientos, personas, cosas, lugares…todo lo quisiéramos tener plasmado como en una foto. 

Ahí fijo e inanimado. Pero la vida es ánima, alma, movimiento, recorrido, carrera y trayecto. Y en ello nunca puede haber quietud.
Si lográsemos distanciarnos de las situaciones podríamos observarlas. Observar significa establecer un espacio entre lo que observo y yo mismo. Una dimensión en la que puedo abrirme a mirar de nuevo con otros ojos y a poder decidir; si hablo, si opto por el silencio, si me retiro o si intervengo.

A veces, la mayoría, nos falta distancia y nos falta fijar la atención.

Si nuestra atención está todo el tiempo sobre algo en concreto le damos vida y le colocamos en un lugar preferente que nos ocupará por completo. Si la desviamos hacia otro lado, lo que nos preocupa, lo que nos inquieta o lo que nos entristece dejará de estar en nuestro punto de mira y se perderá en el ángulo de visión.

Posiblemente, la clave sea esa. Elegir bien dónde colocamos nuestra atención. Y ésta debe estar en lo movible, el lo que cambia, en la vida real que es el presente. El pasado es estático y el futuro no es más que un presente continuo.

Si algo te molesta, te obsesiona o te preocupa…dale espacio, déjalo fuera de tu perspectiva, coloca la atención en otro lado y verás los resultados.

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