Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 15 de mayo de 2016

VIAJE A ÍTACA ( Relato del Domingo)



Domingo anterior

Aquel hombre acababa de matar a su compañero. No podía permitir que le delatase. La sola idea de haber gozado con su proeza le enloquecía. Había estado muchos años en prisión y sabía lo que les esperaba a los violadores. No podía arriesgarse. Hombre muerto no declara, pensó. Y sin dudar había acertado de pleno en el único tiro que había hecho.

La situación se había complicado estúpidamente. La mujer china no le interesaba ya en absoluto y aquel hombre muerto tampoco le concedía ningún beneficio.

Entró de nuevo a la nave y comprobó que Swa estaba inconsciente.

La miró y escupió en su pelo.

Se fue arropado entre la oscuridad de la noche. No pensaba volver al coche. Aquella aventura había terminado para él. Era mejor alejarse y olvidarlo todo.

Mientras tanto, un grito demoledor salió de aquel coche en el que estaba atrapado Owen. Alguien estaba sangrando. Las tijeras se habían hendido en uno de los cuerpos…
__________________________________________________
Domingo 15_05-2016

El policía asestó un tiro sesgado en la cerradura de la puerta trasera del coche para liberar los cuerpos. Al instante de haber roto aquel cerramiento, uno de los cuerpos cayó sobre el asfalto.
Owen permanecía rígido sin poder mover ni un solo músculo de su cuerpo.  Aterrado y casi inconsciente cayó maltrecho sobre el asiento en el que estaba recostado.

La mujer, sin embargo, desplomó su cuerpo sobre el suelo ensangrentado. El agente se agachó diligente sobre ella. 

Balbuceaba unas palabras sin sentido que no supo interpretar. Sin embargo, señalaba inquieta su bolso. El policía no percibió  este gesto. 

Owen advirtió la agitación de la mujer moribunda. Estaba atado y apenas podía moverse. Se revolvió en señal de solicitud. Gemía acaloradamente para que aquel hombre le desatase pero éste se apartó de la escena para llamar a los servicios sanitarios.
La impaciencia de Owen iba en aumento. Se sentía acorralado entre aquellas cuerdas y necesitaba alcanzar el bolso de aquella asesina.

.-En breves momentos se personará una ambulancia aquí. Resista.- Le dijo a en voz baja a la mujer aún con vida. Owen seguía profiriendo gritos ahogados tras de aquella especie de bozal que le impedía articular palabra.

Con cuidado de no mover el cuerpo de la mujer, el agente  entró en el coche para desatar a Owen.

.- Tranquilo en un momento estará liberado y podrá contarme qué ha sucedido. – Owen solamente quería llegar hasta el bolso de aquella mujer que la esperaba en el asiento de adelante pero estaba seguro de que sería difícil poder acercarse. Escuchó cómo pedía refuerzos. Su compañero estaba buscando rastros de pruebas en los alrededores del coche.

El doctor contó con brevedad lo sucedido. No podía decir la verdad por lo que resumió el ataque como un acto espontáneo de asalto por robo de aquellos maleantes desconocidos. Alertó de la huída de Swa y les imploró que fuesen a buscarla a la mayor brevedad. No tenía idea de qué podía haber pasado con ella. Nunca imaginó en el estado que se encontraba en aquellos momentos.

.- Esperaremos los refuerzos.- dijo el compañero que registraba minuciosamente el lugar. No puedo ir solo. Hay dos hombres más.

.-Sí, de acuerdo.- respondió el otro. Hay que esperar. Owen quería llegar al bolso de la mujer moribunda pero no sabía de qué forma hacerlo.

La ambulancia llegó relativamente pronto. Cuando movieron el cuerpo de aquella joven mujer se dieron cuenta que estaba  sin vida.
.-Esperaremos al juez para poder levantar el cadáver.

.-He perdido mi móvil.- dijo Owen con celeridad. Tengo que buscarlo.

.-No, imposible. Está en la escena de un crimen.

.-¿Crimen?. ¡No no, por dios!, ella quería matarme. ¡Yo estaba atado!.

.-Eso habrá que demostrarlo. No hay nada claro aquí.

El compañero, viendo la desesperación de Owen y la evidencia de ser una víctima, le convenció para que le entrase al coche de nuevo y buscase el preciado objeto.

Muy pronto Owen se dio cuenta que no estaba allí pero aquella oportunidad le daría acceso al asiento de adelante y a buscar, disimuladamente, en aquel bolso que señalaba la mujer del Este.

Mientras escuchaba sirenas de policía llegando al lugar registró rápidamente aquel bolso diminuto en el que rápidamente encontró un papel semejante a una carta. Lo guardó apresuradamente en su chaqueta.

.-Vamos salga, ya es suficiente.- El doctor tenía la esperanza de que el aparato estuviese en poder de Swa.

Los policías comenzaron a hacerle preguntas. Uno de ellos se acercó a él y comenzó a cachearle.

Aquel registro del coche hasta llegar a la carta no había servido de nada. El agente la encontró apenas pasados unos segundos en su bolsillo.

.-¿Puede explicarme qué es esto?.- La había desplegado pero no había logrado entender nada. Owen permanecía en silencio.
.-Dígame qué es esto o tendré que detenerle.

.- No lo sé. Ella lo metió en mi chaqueta. Tal vez para incriminarme de algo que no tengo idea. – El resto de los agentes se acercaron al papel. Ninguno identificaba qué idioma era el que se había utilizado para escribir aquellas palabras. Uno de ellos metió la carta literalmente en los ojos de Owen.

.-¿Sabe qué dice?... El psiquiatra la miró detenidamente.
.- No lo sé. Lo único que puedo decirles es que está escrita en sanscrito, un antiguo idioma de la India.

.- Inmediatamente fue esposado.- Una lágrima impotente rodaba por sus mejilla.

 Estaba perdido…

No hay comentarios:

Publicar un comentario