Uno tiene que contar con
herramientas mentales que le ayuden a superar los malos momentos o las pequeñas
incomodidades del día a día.
El trabajo emocional nunca es
rápido, ni sencillo, ni inmediato. Pasa por coger hábitos, por iniciar rutinas
en las que cada vez nos sintamos más a gusto, por usar la voluntad para dar un
paso más allá en las situaciones que lo necesitemos.
Imagino cómo deben ahogar las
emociones cuando no sabes cómo hacerlas escapar. Soy consciente del mal que
pueden hacernos dentro y estoy segura que muchas de las dolencias que vivimos
en nuestro cuerpo parten de esos sentimientos no expresados y a punto de
estallar.
Hay que moldear la mente pero para
ello debemos buscar herramientas que nos ayuden. Posiblemente, una de las más
útiles sea la de “soltar” aquello que llega a ella y nos produce un malestar.
En primer lugar debemos
identificar qué es, dónde está el origen de ese momento incómodo en el que nos
sentimos mal; una palabra mal dicha, un comentario peor recibido, aquella
mirada que no me gustó, una actitud indiferente, palabras hirientes… en definitiva,
qué lugar ocupa el desagrado que sentimos.
Una vez identificado, debemos
aceptarlo, integrarlo y asumirlo como posible. Efectivamente, el otro tiene su
derecho de pensar como quiera, que lo haga, que lo diga, que lo exprese…pero
que no me afecte. Para ello debemos empaquetar ese elemento extraño que nos
daña y una vez ahí…soltarlo, como si de un globo de gas se tratase. Verlo subir
lentamente y alejarse indefinidamente en el ancho cielo.
Me ha gustado una idea que Enrique
Simo da en una de sus charlas conferencia; él lo enuncia en inglés porque le
confiere más fuerza: “…Is just a thought”… “Es
sólo un pensamiento”… Esa rutina es la que nos ayudará a hacer el
paquete y lanzarlo al aire.
Todo lo que pasa fuera es sólo un
pensamiento dentro. Si no nos gusta, hagámosle la maleta y dejémosle ir.
Hoy comenzamos el lunes con esta
reflexión muy práctica.
Pongámosla en práctica.
Solo
encuentro beneficios en ella.
Hola Loli. Para mi, otra herramienta es la rendición, la aceptación de lo que es. Creo que cualquier tipo de resistencia es un sufrimiento.
ResponderEliminarUn beso.
Sí efectivamente, esta que propongo no es única y por supuesto, hay una ley que afirma, acertadamente, "que lo que se resiste...persiste".
ResponderEliminarNo es tanto rendición, sometimiento o sumisión,si no aceptación, como bien dices. Se acepta, se asume, se integra y se disuelve.
A ello hay que llegar.
Gracias por el coemntario.*