Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 9 de mayo de 2016

PREGUNTAS DIFÍCILES



Muchas veces flotan en el aire preguntas difíciles de contestar. Preguntas sin respuesta que preferimos evitar. ¿Me quiere?¿Cuándo terminará todo esto?¿En qué momento volveré a ser feliz o lo seré alguna vez?¿Qué pasará con  mis hijos dentro de un tiempo?¿Qué será de mi?¿Soy lo que quiero ser?¿Estoy en el punto en el que quiero encontrarme mañana?.

Ante el vacío que generan estas cuestiones y otras similares, hemos detectado unas herramientas que sirven para centrarnos, para no cuestionarnos lo que solamente el destino sabe y sobre todo, para evitar que adelantemos desgracias.

La atención consciente, el mindfulness, el poder del ahora y muchos otros conceptos ensimismados con el presente que pretenden atar corto a la imaginación para que no se desboque.

Estas metodologías tienen ventajas si no nos llevan a perder la esperanza, ya que esta se alimenta de futuro.

Es importante estar en el “ahora” pero si el “aquí” no está siendo todo lo  satisfactorio que necesitamos también pueden instalarnos en la angustia permanente servida en caliente.

Quiero creer que puedo crear mi realidad en base a mi actitud. Poner una alfombra roja al pensamiento y lanzarle flores mientras se pasea altanero por mi mente. Crear un ambiente positivo o al menos proactivo. Decidirme por la seguridad de que todo está bien e irá a mejor.

Posiblemente, entre pregunta y pregunta difícil pueda tomarme un respiro y pensar que no hay más que lo que tenemos delante del espejo; del nuestro que no es más que nosotros mismos.

Procuro recordar que la mejor ayuda está al final de tu brazo y luego, despacito, me digo que solo yo estaré conmigo hasta el final de mis días.

Creo que empezaré a preguntarme más de mi y menos por todo lo demás. 

No hay mejor camino.

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