Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 6 de enero de 2016

LO QUE IMPORTA..."SON LOS RESULTADOS"



Comenzamos, nuevamente, la vida normal. Se acabaron las fiestas, los brillos y la alegría real o impuesta. Se terminó ese tiempo distinto y empieza, otra vez, la puesta en marcha de los propósitos que enunciamos a comienzo del año.

Lo importante, en realidad, son los resultados. Nadie nos va a preguntar cuánto esfuerzo pusimos en ello ni cuánto tiempo nos costó conseguirlo. Tampoco el método que hemos utilizado; en definitiva, lo que después será válido será a dónde hemos llegado, qué hemos conseguido.

Os dejo este breve cuento, el cual con cierta gracia, llega a esta conclusión.
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 Había una vez, en un pueblo dos hombres que se llamaban Joaquín González.

Uno era sacerdote y el otro era taxista.

Quiere el destino que los dos mueran el mismo día. Entonces llegan al cielo, donde los espera San Pedro.
- ¿Tu nombre? - pregunta San Pedro al primero.
- Joaquín González.
- ¿El sacerdote?
- No, no, el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
- Bueno, te has ganado el paraíso. Te corresponden estas túnicas con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes
ingresar.
- Gracias, gracias...- dice el taxista.
Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro.
-¿Tu nombre?
- Joaquín González.
-El sacerdote.
-Sí.
-Muy bien, hijo mío. Te has ganado el paraíso. Te corresponde esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito.
El sacerdote dice:
- Perdón, no es por desmerecer, pero... debe haber un error. ¡Yo soy
Joaquín González, el sacerdote!
- Sí, hijo mío, te has ganado el paraíso, te corresponde la bata de lino...
- ¡No, no pude ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mi
pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las veredas, chocaba
todos los días, una vez se estrelló contra una casa, manejaba muy mal, tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante... Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia, ¿cómo puede ser que a él le den la túnica con hilos de oro y la vara de platino y a mi esto? ¡Debe haber un error!
- No, no es ningún error- dice San Pedro-. Lo que pasa es que aquí, en el
cielo, nosotros nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hace ustedes en la vida terrenal.
- ¿Cómo? No entiendo.
- Claro...ahora nos manejamos por resultados... Mira, te voy a explicar en tu caso y lo entenderás enseguida:
Durante los últimos veinticinco años, cada vez que tú predicabas, la gente dormía; pero cada vez que él manejaba, la gente rezaba. ¡¡Resultados!!¿Entiendes ahora?     


Jorge Bucay

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