Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 15 de julio de 2015

LA SOLEDAD DE LAS ESTRELLAS



Hoy pensaba lo solas que estaban las estrellas. Allá lejos, una a una, con una existencia incluso no real ya; iluminando pasiones, alumbrando ilusiones o clareando amarguras para los que estamos abajo.

Pensaba también, que al igual que ellas, realmente ser diferente equivale a prepararnos para la soledad porque de algún modo la diferencia no se perdona, pocas veces se admira y la mayoría se envidia.

La gente que brilla gusta a muy pocos y sobre todo, lo peor es que no encuentran su lugar entre los demás.

Les llaman incomprendidos, soñadores y hasta locos. Pero a todos nos gustaría tener un mundo diferente en el cual viésemos y sintiésemos lo que otros no ven ni sienten. 

Un trocito de locura en la que poder perdernos cuando todo va mal o cuando va muy bien. 

Un pedazo de cielo o un mordisco de infierno para saborear otras sensaciones diferentes que no nos maten en la rutina.

Las estrellas no tienen edad o la disimulan muy bien. Siempre vemos las mismas o eso nos parece. Todas tan similares y tan distintas. Todas tan lejanas y tan brillantes. Todas al alcance de la mano y sin embargo a tanta distancia, en realidad.

Si conoces una estrella disfruta de su luz. No pueden atraparse, ni poner un candado a su brillo. Solo gozar de ella.

Si conoces a una persona especial, haz lo mismo. Tal vez no entiendas muchas cosas de las que hace o dice, tal vez no comprendas sus silencios o su distraída forma de ver la vida pero lo que es seguro es que si está cerca de ti es la tuya; esa que absolutamente libre te ha elegido.

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