Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 12 de abril de 2015

VIAJE A ÍTACA



 ELLA

Recordatorio:
Owen es un afamado académico  en el ámbito de la siquiatría que decide poner una consulta donde se devuelva a la persona  a su lugar en la felicidad.
Busca su propia terapia a través de las de los demás porque tiene un pasado lleno de sucesos traumáticos que le atormentan a cada instante.

Miraba distraído el finísimo caldo que ondeaba entre sus manos. Su móvil comenzó a sonar.
-         ¿Dígame?.- Owen esperó un momento la voz del otro lado del hilo pero nadie contestó.- ¿Sí, dígame?...repitió con cierto nerviosismo. De nuevo se hizo un gélido silencio que le produjo un escalofrío conocido. -¡Habla!. ¡No te calles como siempre!.- Separó el teléfono de su oído y se dejó caer en aquel sillón inmaculado aún sin estrenar. Su mano pendía agotada del brazo que dejó caer casi hasta el suelo. Nadie respondió al otro lado, sin embargo la muda conversación seguía activa.
 Cerró los ojos y comenzó a desabrocharse la apretada corbata que en esos momentos estaba asfixiándole. 
No podía creer que fuese de nuevo aquella mujer. Parecía el espectro de una historia sin final. Había pasado mucho tiempo desde que la conoció en una biblioteca que solía frecuentar al comienzo de sus estudios.
Era una mujer extraña. Le doblaba la edad cuando la conoció. Aparentaba un carácter adusto lejano a toda comprensión. De rígidas costumbres y austeros modales. Su esbelta figura denotaba la frugalidad de sus comidas. Sus manos finísimas y delicadas advertían la escasa actividad  que enfrentaban cada día.
Ningún compañero se atrevía a llevar los libros hasta su mesa. Los miraba con la prepotencia de quien tiene algo que perdonar a quien se acerca. 
Sin embargo a él, le había elegido como su cómplice muy pronto. Apenas le había visto sentado al fondo de la sala el primer día. En aquel momento, su vida de adolescente llegó a su fin.
Una sórdida historia se ocultaba tras aquel silencio ruidoso que ahora no podía soportar.
Había tratado de esconderse durante muchos años. Incluso se había instalado en diferentes países para escabullirse de su demoledora persecución, pero ella no daba descanso a aquella obsesión que le fagocitaba desde hacía tanto.
Era la primera mujer que le había iniciado en el sexo. Una experiencia oscura que le había sometido a una visión del mismo extremadamente deformada.
La puerta se abrió estrepitosamente mientras recordaba el daño que ella le estaba causando de nuevo.
.- ¡Mi querido amigo Owen!. ¡Lo hemos conseguido!.- Marco entraba eufórico. Llegaba sofocado. Apenas respiraba con dificultad. Lo hacía entrecortadamente mientras hablaba. 
Le gustaba subir las escaleras de aquella vetusta casa situada en uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Un mechón de pelo caía, ahora, en el medio de su frente como si quisiese anunciar que todo en él se había alterado con la noticia.
.- ¡Somos trending topic! ¡Nuestra consulta va a ser un éxito! ¡Todos quieren conocerte!.- Owen no acababa de emocionarse con la pasión que ponía Marco en su comentario. 
No era la consulta la que promovía tal interés en las redes sociales, sino aquel suceso que aún estaba latente en el recuerdo de tantos. (…)

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