Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 15 de abril de 2015

NO TE RINDAS



Estoy leyendo un libro con este título. Soy luchadora desde siempre y desde hace tanto, no me rindo. 

La vida es cíclica. Tiene etapas, altos y bajos. Momentos de sumo placer y ratos de máxima desesperación. Estoy aprendiendo a equilibrar. A no darlo todo sin más y a no esperar todo por menos. A no emocionarme demasiado pronto y a no aceptar menos de lo que merezco.

Las expectativas que nos provocan las personas es el peor enemigo que podemos tener. Crean una imagen en nuestra mente que pocas veces se corresponde con la realidad. 

Las vamos construyendo nosotros mismos, no ellos. En realidad, las personas nos dan muchas señales para saber cómo son. Lo peor es cuando a basa de imaginarlos de otra forma queremos que la realidad encaje en el modelo de nuestra mente…y ahí se rompe el jarrón de cristal.

Realmente nadie engaña, aunque lo pretenda. Nos engañamos nosotros mismos. No queremos creer lo que vemos, no podemos admitir que lo que nos ofrece el otro esté tan lejos de cómo creemos que es. 

Hemos invertido tantas emociones en ello que ahora nos mostramos testarudos para colocarnos frente a la imagen real.
Nos hacemos daño continuamente. Los demás y nosotros mismos, no son como deseamos verlos. Todos participamos de una condición única y con marca registrada para nosotros solos que se va a mantener siempre.
Llegamos a la vida de los demás tal y como somos. Son los otros los que nos dan forma en base a lo que desean ver. 

Modelar fuera del modelo siempre está abocado al fracaso.
Últimamente, recuerdo, con frecuencia, el cuento de la rana y el escorpión. La rana se negaba a pasar el río con el escorpión encima de ella, por conocer cómo se comportaría:

-         ¡No! Si te paso el río me picarás y moriremos los dos.
-         -¡Por favor!...cómo puedes pensar que quiero morir!. Es una idea estúpida…

La rana accedió. Creyó en él. Quiso amoldar el temor de saber la verdadera condición del escorpión a su propio modelo lógico y como era de esperar, se equivocó.

Me he sentido rana tantas veces que debo ponerme unas gafas mágicas que eliminen lo que quiero ver y me dejen a solas con lo que veo. 

Ya he comenzado a hacerlo… de otra manera me habría rendido, pero no lo hago.

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