Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 16 de agosto de 2014

¿NECESITAS UN MILAGRO?



Es posible que hoy te encuentres experimentando alguna situación estresante o complicada y que te sientas encerrado en ella, sintiendo que la única salida que tienes es un milagro. Quizás estés mirando al cielo diciendo: “¡necesito un milagro!”. 

La buena noticia es que los milagros existen y de hecho, tú has sido gratamente bendecido con muchos de ellos en uno o varios momentos de tu vida. No creo que exista alguien que no haya experimentado esa maravillosa sensación de encontrarse con la solución a un problema determinado que no sabía cómo resolver, en el momento menos pensado y por la una vía que no había imaginado.

Son esas situaciones que parecen haber venido del cielo, las que te parecen obra de un golpe de suerte, cuyos beneficios te hacen sentir un gran alivio y que comentas feliz y orgulloso a tu familia y amigos.
Estos sucesos que parecen estar desconectados de ti, han sido una obra tuya. Es posible que sin haberte dado cuenta de tu conexión con la energía del universo, hayas generado el momento perfecto de alineación entre tus acciones, tus pensamientos, tus emociones y tus expectativas, de tal manera que el milagro se concretó.

Al no estar consciente de todo el proceso, crees que se ha tratado de una casualidad desconectada de ti, un gran golpe de suerte, que no esperas volver a repetir. En este caso no has tomado conciencia de tu alineación, no la has realizado en forma consciente y no te sientes dueño de ese poder de creación de sincronicidades del que siempre eres poseedor.

Aquel que no se ha percatado de este poder, seguirá intentando crear sus circunstancias de una manera menos enfocada y al ver que no vuelve a generar las circunstancias que espera, cae en un estado de conformidad, decepción y hasta frustración e impotencia, sin entender qué es lo que sucede. Observará como otros consiguen avanzar y puede llegar a sentirse distinto, no bendecido o que algo no anda bien en el.

Cuando simplemente esperamos aceptando las miles de posibilidades que existen, cuando aceptamos que somos merecedores de aquello que visualizamos y alineamos todo nuestro ser a ese objetivo, éste se convierte en realidad de una forma muy rápida y fácilmente. Podemos decir que todo resulta muy sencillo.

Ahora, yo estoy esperando uno. Trataré de alinear pensamiento, deseo, corazón y entendimiento y con ello formar el más poderoso pilar sobre el que colocar mi milagro.

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