Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 21 de agosto de 2013

EL BLINDAJE EMOCIONAL



         Con el tiempo y a base de tener momentos difíciles, soledades imposibles y carencias insospechadas, uno se da cuenta de que la felicidad no puede estar afuera o, al menos, no debe estar ahí si queremos conseguir ese estado continuo que mantenga nuestro equilibrio homeostático en orden.
         Nuestra peor equivocación está en las expectativas que tenemos con respecto a los demás, en las que nos involucramos tanto que perdemos el punto de referencia. Y éste siempre debe estar en nuestro centro, en el que seguro permitimos la entrada a problemas que no son nuestros.
         La mayoría de las contrariedades que nos afectan en este mismo instante no dependen de nosotros porque si así fuese, si realmente su resolución estuviese relacionada con nuestra voluntad o nuestro empeño, seguro que ya no serían problemas. Si como digo, no dependen de nosotros debemos desechar la culpabilidad de no poder resolverlos y sobre todo debemos repartir bien los papeles de quien ocupan un lugar en ellos.
         Lo primero es no culpabilizar a quien no tiene culpa. A quién la pueda tener debemos, sin embargo, concederle un lugar a parte ajeno a nosotros. Cada uno es responsable de sus acciones, de su comportamiento, de su proceder y todo lo que se haga en esta vida tiene un precio. Nunca queda impune y se ve seguido de unas consecuencias. Si no somos nosotros los que estamos provocando el problema en realidad debemos de quedarnos fuera, quietos y sin mover ficha. Serán los demás los que tengan que responder ante la ley inexorable de la causa y efecto; serán ellos los que tengan que sufrir el resultado de su comportamiento y si aún pensamos que de alguna forma puede salpicarnos, entonces coloquémonos aún mejor en el medio de nuestra alma y blindemos nuestras emociones para asegurarnos que no asumimos también los desechos de los demás como propios.
No somos el contenedor de la basura ajena pero a veces, se nos olvida.

2 comentarios:

  1. Exacto, no somos el contenedor de basura de nadie. No hay que permitir la entrada de problemas de otros, ya bastante tenemos con los nuestros.
    Precioso texto!

    ResponderEliminar
  2. Así es, pero muchas veces creemos poder salva a la otra persona de sus propios fantasmas y eso es imposible¡ sólo conseguimos llénanos nosotros de emociones tóxicas.
    Gracias por el comentario¡***

    ResponderEliminar