Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 19 de agosto de 2012

PERDER EL CONTROL

Uno de los estados más dañinos y temidos por la mayoría es aquel en el que perdemos el control. Incluso este temor nos asalta sobremanera cuando estamos a punto de perder la consciencia…esa sensación de mareo que nos deja fuera de la vida normal, donde nada podemos sujetar y en donde nos vemos apartados del camino de todos.
Ya no contamos, ni podemos decidir, ni la vida nos espera para tomar decisiones. Caer en la pérdida de control puede ser uno de los miedos más profundos y aterradores que nos invadan.
Es uno de los temores que padecemos cuando caemos en una depresión. La profundidad de la oscuridad que cubra nuestro corazón nos lleva a temer por quedarnos a fuera de la vida, por bajarnos de ella y por parecer invisibles. Pone un velo sobre las intenciones y nos desnuda por dentro quedando indefensos ante las inclemencias de cualquier tiempo.
Perder el control, por la razón que sea, incluso de forma momentánea, como puede suceder en una discusión, equivale a perder parte de  nuestra alma y dejarla atrapada en el otro.
Posiblemente no podamos evitar las pérdidas de control que se derivan de la salud, pero sí que podemos intervenir en aquellas en las que sea un efecto del ego pidiendo protagonismo, no escuchando, impeliendo, magnificándose y avasallando.
No aguantamos estar equivocados. No tenemos un ápice de humildad para reconocer errores y nos cuesta inmensamente pedir disculpas. ¿Podemos dibujar una situación más caótica y favorable para que perdamos el control de nosotros mismos en muchas ocasiones?.
Recuperar el equilibrio no significa someternos a nada ni a nadie, sino encontrarnos con lo mejor nuestro y ponerlo al servicio de la sintonía con los demás. Porque en definitiva, si perdemos las riendas de nuestra propia dirección no estaremos haciendo otra cosa que ceder el poder que emana de nuestra alma a todo lo que en el exterior pugna por fagocitarnos.
¡! Feliz y sereno día!!

2 comentarios:

  1. El ego, que todo lo estropea con su inmensa necesidad de estar por encima o por debajo de todo.
    Ójala sepa darme cuanta antes, la próxima vez que mi automatismo egoico se dispare. Porque es cierto, después, no hay marcha atrás y el daño queda ahí irreparable.
    Un beso y gracias una vez mas

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  2. Xara...el ego nos engulle!!...lástima que no nos demos cuenta y creamos, además, que es otro el que lo hace. Siempre ponemos las culpas fuera cuando la razón de muchos de nuestros sufrimientos está en el interior.
    Besitos frescos de buenos días!!

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