Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 11 de enero de 2012

LA REBELIÓN DE LAS CÉLULAS

Cada vez que algo notamos en nuestro cuerpo o se produce alguna variación en nuestras rutinas de salud uno teme lo peor. No acierto a explicarme completamente por qué nuestras células sienten la imperiosa necesidad de equivocarse. De qué forma quieren ser más e invadir espacios que no les corresponden. A qué responde ese rebelde comportamiento que se empeña en romper los esquemas de equilibrio del resto de los sistemas que las incluyen.
Muchas veces pienso que es una especie de rebelión para que hagamos caso a nuestro cuerpo. Una llamada de atención que tiene mucho que ver con nuestros hábitos saludables en el pasado y sobre todo, una sacudida a la conciencia adormecida para que revisemos cómo estamos viviendo las emociones y de qué forma hemos respondido a las frustraciones en nuestros adentros.
Todo lo que existe forma parte de un conjunto engranado milimétricamente que funciona interrelacionado.  La armonía que permite su discurrir equilibrado se ve alterada en muchos momentos, no solo por la gran multitud de energías empeladas por móviles, red de internet, microondas etc…sino por la propia corriente de avenencia que uno logra consigo mismo.
No es fácil mantener una postura equilibrada entre la vorágine de alteraciones que vivimos hoy en día. Desde el despertar estamos inmersos en noticias que nos alteran para seguir con la rutina laboral en un estado de ansiedad poco satisfactorio. Aún peor si lo que nos toca vivir es la angustia de no tener con qué o si a los problemas económicos se unen los afectivos convertidos en continuas agresiones que aún pudiendo no ser físicas nos atenazan mental y emocionalmente.
No podemos sentir el descontrol de nuestro estado anímico y seguir pidiendo a nuestro físico el bienestar que le mantiene en equilibrio. No podemos pretender que una conducta emocional no tenga una respuesta fisiológica. Ni podemos evitar que esa réplica no tenga serias consecuencias para nuestra salud a largo plazo.
Una de las razones por la debemos ser felices es, precisamente, porque es la mejor medicina contra las enfermedades. No dudamos en tomarnos gran cantidad de medicamentos para paliar los efectos de las dolorosas molestias de cualquier anomalía y sin embargo, obviamos el mantener un equilibrio emocional suficiente para lograr el estado de bienestar continuo.
Tenemos mucho que aportar a nuestra propia salud. Al menos por eso deberíamos esforzarnos en tratarnos mejor como haríamos, seguramente, si estuviésemos convencidos de ello con cualquiera de los que amamos para mantener la suya.
Podemos probar por evitar los gritos, el mal humor y los sentimientos tóxicos. Mejoraremos de muchos de nuestros males comunes sin ningún tipo de medicamento.

3 comentarios:

  1. ...Y es que la enfermedad nos deja débiles y vulnerables. Es como si l@ niñ@ interior asomase su cabecita para pedir ayuda,para sentir cobijo, cariño,cuidados, y en el caso de la rebelión celular, será quizás un enjambre de batallas sin resolver, sin entender...sin sentido, en el que las células intentan protegernos de esas pequeñas, ocultas y dolorosas heridas que el alma no consigue sanar.
    Las células se portan bien, lo intentan al menos.Gracias a mis células por su aparente caos en mi Universo corpóreo.
    Besitos
    Xara

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  2. Beso todas vuestras células, y dirijo un abrazo eterno con mis dedos en el teclado hacia todos vosotros, especialmente a Flor y Nata, que nos nutre a diario.
    Xara.

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  3. Bello comentario Xara y sobre todo muy tranquilizador ese beso a todas las células que lo esperan.
    Un abrazo inmenso

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