Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 28 de noviembre de 2011

EL VALOR DE LA CONQUISTA

La vida pasa demasiado deprisa. Cada amanecer, cuando comienza el día, nos apresuramos a disponerlo todo para que el tiempo transcurra en la carrera de las rutinas. En esas donde nos encontramos cómodos por ser tan conocidas, en las que apenas se arriesga y en donde la casualidad puede sorprendernos poco. Sabemos caminar por las horas del día sin demasiados sobresaltos y nos entregamos en los brazos de Morfeo casi con idéntica rapidez a como nos hemos levantado. A veces, solo a veces, somos conscientes de este rápido paso por la existencia y de que en él se escapa, en la mayoría de las ocasiones, lo fundamental. Es como si viviendo lo accesorio fuese bastante. Pero también, de cuando en cuando, nos llega la sensación de que la vida es algo más; otra cosa distinta a los hábitos de la prisa y las acciones repetidas.  Nos damos cuenta que se escurre entre las manos sin apenas notarlo y que cada hora que pasa, cada minuto, cada instante… es una implacable cuenta atrás que no se detiene. Bastan unos instantes, en estas reflexiones, para comprender que lo importante que tenemos al lado no se cuida con esmero. Posiblemente, enmarañados en los pequeños problemas cotidianos dejamos de lado hacer sentir al otro lo importante que es en nuestra vida. Eludimos caricias, evitamos arrumacos, obviamos ternura y sobre todo rehusamos verbalizar los afectos por temor a parecer idiotas. Nunca sobran las manifestaciones de cariño. Nunca uno es más débil por mantenerlas. Nunca estamos errando al propiciarlas.
         La vida es una conquista diaria en la que debemos empeñarnos a fondo para lograr avanzar con éxito o incluso, simplemente, para seguir con el acierto de sostenerla en equilibrio. Olvidamos que en esa batalla hay fantasmas invisibles que nos acechan. De ellos, el más demoledor es el automatismo en el amor. Todo se sobreentiende, demasiadas cosas se dan por sabidas, muchas más por hechas y casi todas por concluidas. Estamos así, en la mejor carrera hacia el desastre. Comienza a olvidarse la emoción de estar junto a lo que quieres, la pasión de demostrar que el afecto sigue incandescente, la turbación de encontrar algo diferente en el día a día; ese tiempo que nunca es igual al anterior y que no debemos dejar que lo sea. Porque si hay alguna característica cierta en nuestra existencia es el cambio. No dejemos que las relaciones cambien sin saberlo nosotros. No permitamos que poco a poco y sin hacer ruido, se vayan silenciosas por la puerta para no volver.
         Volvamos a reconquistarnos, hoy y mañana. Todos los días, sin la pereza de cambiar los hábitos de silencio y evasión por ilusiones renovadas que nos entreguen a la vida llenos de pasión.

2 comentarios:

  1. Es cierto, las leyes de la atracción funcionan, y en la mayoría de las atracciones se ha de dar un intercambio de energía. Y si no estamos seguros de esto, preguntémosles a los Elementos de la Naturaleza, vivo reflejo de nuestra vida.
    Besos a tod@s

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  2. Sí efectivamente me refiero a ese necesario intercambio, que debemos cuidar, día a día ambas partes!!.
    Besos y gracias por tu comentario.

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