Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 29 de noviembre de 2011

EL PRESENTE CONTINUO

Ayer cuando mi hija estudiaba inglés, uno de los contenidos que abordaba era “el presente continuo”. Ayudada, también, por una reflexión que llegó a mi correo de un lector de estas breves reflexiones, me di cuenta que esa era realmente la respuesta.
Nuestros miedos, nuestras angustias, los temores que se instalan en el alma y ahogan la esperanza…tienen su origen en un ir y venir frenético del pasado al futuro, reviviendo lo que nos dañó o lo que tememos que nos dañe. Ninguna de las dos categorías existe en tiempo real. Ninguna puede ejercer su tiranía sobre lo que acontece, a no ser que le demos permiso para ello. En verdad, lo único que tenemos es el PRESENTE, un presente que se hace continuo en el tiempo y que va estirando el día de hoy hasta que constituye los siguientes tramos que vivimos siempre como inmediatos y determinantes. Instalarnos en el AQUÍ y en el AHORA tiene el inmenso valor de rescatarnos del miedo que se diluye en lo que podemos enfrentar cuando estamos viviéndolo. La vida me ha demostrado muchas veces que de nada vale imaginar el dolor, siempre será otro cuando suceda. Que de nada vale suponer el miedo, no será el mismo cuando llegue o tal vez ni siquiera llegue. No tiene sentido vivir en dimensiones que ya sucedieron o adelantar las que están por llegar cuando la misma vida decide por nosotros tantas veces!!.
Somos capaces de enfrentarnos a TODO  y en ello, nadie es más que nadie. Cuando observamos situaciones terribles que suceden a los demás rápidamente al trasladarlas, hipotéticamente a nuestra vida, llegamos a la conclusión de que nosotros no podríamos con ellas. Nos equivocamos. Somos capaces de enfrentarnos a cualquier situación. Hay una fuerza unívoca que nace y se regenera de forma espontánea en el corazón que nos ayuda siempre a tener el valor suficiente para seguir adelante. Basta comprender. Es suficiente tener compasión con los demás y con nosotros mismos. Basta, en definitiva, pensar que todo puede pasar en un instante pero que a su vez nada puede pasar para lo que no debamos estar dispuestos en cualquier momento. Hay que vivir sin la angustia de lo que pasó, y ya no puede hacernos daño, o sin el miedo a lo que pasará y, que seguro, será distinto a lo que imaginamos. Esto nos dará la pauta de que solo hay un presente continuo que se prolonga en un tiempo siempre actual  y contemporáneo, siempre simultáneo y sincrónico…donde somos soberanos.

4 comentarios:

  1. El pasado ya no está y el futuro no existe. Ojalá pudiéramos sentir siempre que el presente es lo que más importa.

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  2. Xuan...sí, sólo vivir el presente, que por otra parte es lo único que está, nos deja disfrutar, amar, sentir, gozar o llorar con plenitud. Porque al resto de categorías temporales solamente las damos vida nosotros. Si tenemos esa potestad también tenemos la de hacerlas desaparecer e ir adelante siempre en un presente continuo que es que realmente hace la vida.
    Un Besito

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  3. Cada vez que intento relacionarme con el presente y lo hago desde el pasado, un mensaje me llega del Universo, me pillo un dedo, caigo al suelo, enferma un ser querido..., y un sin fín de acontecimientos que me invitan a tomar tierra, en el presente. En otros tiempos lo atribuía a un maleficio o similar, energías ajenas a mí, que en absoluto me responsabilizaban de los acontecimientos. Ahora veo que el presente, Aquí-ahora es una elección, que llega en el momento adecuado. Propongo la observación del pasado y el futuro desde la atalaya del presente. Como un ciervo en la dehesa.
    Xara

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  4. Indudablemente Xara, el pasado existió y no puede borrarse del recuerdo. Es como cuando dicen que perdonar significa olvidar...yo no estoy de acuerdo. Nunca podremos borrar lo que ha sucedido, lo que si podemos es elegir mirarlo sin rencor y con la intención de aprender siempre de él. Del futuro...qué decir!!...que es realmente el presente continuo que vamos haciendo día a día. Muy bella esa comparación del ciervo en la dehesa...
    Besos

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