Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 6 de septiembre de 2011

TRANSFORMAR EMOCIONES, NO SUPRIMIRLAS

Cuando somos capaces de reflexionar sobre nuestras emociones negativas, a menudo la primera reacción que nos asalta es la de reprimirlas para que no afloren al exterior y comiencen a realizar los desastres que imprimen en la conducta emocional. Sin embargo, aprisionarlas no las evita, sino que las encapsula en una especie de estrato mortal que mina la salud de nuestra mente y del espíritu. La represión siempre causa estancamiento y parálisis en algún lugar del campo energético que nos anima y por lo tanto, afectará irremediablemente a los órganos y sistemas corporales que se nutren de él.
 Las experiencias de dolor no procesadas sofocan y reducen la carga emocional positiva y esto conduce, sin remedio, a la disfunción cuerpo-mente. Durante toda nuestra vida hemos empleado gran parte de nuestra energía vital en suprimir las emociones y tenerlas almacenadas para librarnos de su carga negativa. Pero que no sean evidentes no significa que no existan. Que no actúen soterradas bajo los niveles pretendidos de positivismos, alegría o autoestima. Socavan conductos subterráneos de malestar comprimido que hacen débiles los cimientos de nuestra fortaleza. Por ello, el camino no es la represión, sino la transformación. Podemos poner en práctica estos pasos:
1.    - Reconocer y aceptar lo que nos haya sucedido, del tipo emocional que sea.
2.    No tratar de obviarlo, ni pretender que no sucedió. No reprimirlo ni ignorarlo. Entender por qué llegamos a ese punto, en qué parte tuvimos responsabilidad y en cual no. Y sobre todo tratar de entender a quienes nos dañaron. Nadie da lo que no tiene dentro de sí, por eso no se lo podemos pedir.
3.    Liberar la fuerza vital atrapada de signo negativo por medio de la meditación, la reflexión o el diálogo con nosotros mismos mediante afirmaciones positivas.
4.    Dejarlo ir e implicarnos en la tarea de la reconstrucción de nuestro edificio emocional interno. Decorarlo a nuestro gusto y salir a la vida que siempre nos espera gustosa de acogernos.


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