Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 17 de diciembre de 2020

TU FUERZA INTERIOR

Fuerza no es lo mismo que dureza. Todos tenemos una inmensa fuerza interior que hay que descubrir, si no somos conscientes de ella.

Si tenemos seguridad y satisfacción interna, si no dependemos de circunstancias ajenas, si en realidad somos soberanos de nosotros mismos tendremos ganado el autorrespeto y la autoridad más valiosa de todas.

“Sé que me pertenezco a mí mismo/a y no voy a sufrir por lo que alguien me ha dicho o hecho”. 


 

Nos afectará sí, pero podremos cambiar estos pensamientos no con una actitud fría, sino poderosa sin dejarnos llevar por  reacciones a la deriva. Aunque las circunstancias sean difíciles y cambiantes, este poder interno será la mejor respuesta.

Para eso se necesita un cambio de dentro a fuera. Debemos sentarnos dentro de nosotros mismos con total honestidad.

En la acción está el examen de la vida. A veces tendremos que discernir, cooperar, tolerar, amoldarnos o tomar decisiones ante cualquier desafío.

Un apersona débil es dura porque busca su seguridad en su inseguridad y toda diferencia es una amenaza por lo tanto reacciona con aquello que no está en su línea y lo anula.

La persona débil critica, compara, juzga rápidamente porque no tiene el poder de la seguridad interior y no se siente satisfecha y contenta. Es opresora y manipuladora. Eso no es fuerza.

Una persona fuerte es suave, generosa, sencilla no necesita de muchas cosas para darse valor porque cree en sí misma. Es valiente y tiene la fuerza de decir lo que deba decir en la mejor forma.

Cuando somos fuertes encontramos ese soporte seguro dentro de nosotros mismos.

El dolor llamará a nuestra puerta alguna vez, o muchas, porque algo que estaba bien deja de estar bien y se desequilibra pero desde esa fortaleza propia debemos volver al equilibrio natural y no tomar más sufrimiento de ello, sino saber sanar ese pesar y poder sanarlo cuando conectamos con la fuerza interna del amor.

Ser amoroso no es ser débil. A veces supone mantener una distancia de algo por decisión porque sabes que es la mejor forma de dejar “ser” al otro, dejar de “controlar” y empezar a gobernarnos a nosotros mismos.

Todos tenemos la fuerza interior y la debilidad. Todos somos amorosos y temerosos a la vez.

Iremos al silencio y tomaremos, seguro, el mejor camino.

 La vida nos ha hecho parar y si tú no has parado, estos días de final de año están para eso. Para meditar sobre lo que todos debemos cambiar para ser amorosamente fuertes.

 

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