Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 20 de octubre de 2020

LA HOJA DE RUTA DE CADA UNO


Nunca me han gustado las personas inflexibles. Me he educado en la tolerancia y el respeto por el “otro”. Me ensañaron que la lealtad era un valor insustituible y que la bondad era la puerta de la compasión y el entendimiento.

          He creído siempre “a priori” que el de enfrente no va a ir contra mi, sin más. Que la gente tiene una semilla de bondad en su alma y que los errores que cometemos se deben a la ignorancia y al desconocimiento de quienes somos en realidad.

 


 

          Hay mucha gente apegada a lo material, a la vida en el exterior, a los chismorreos sobre los demás, a opinar sin tener en cuenta a nada ni a nadie.

Hay mucha gente apegada al placer huyendo de cualquier dolor por pequeño que sea; mucha intentando tragarse de golpe la felicidad aún a costa de otros.

          Siempre quiero seguir pensando que lo mejor habita en todos, aunque los comportamientos digan lo contario.

          Quiero pensar que aquellos que arrasan en beneficio propio lo hacen por absoluta ignorancia del daño que causan o en una perpetua ceguera de lo que de verdad hay en su corazón sellado bajo capas y capas de sedimentos de silencio y dolor que arrastran de lejos.

          Pensar que somos “victimas” de “victimas” y que en realidad, cada uno de nosotros que sigue sus instintos más que el corazón es porque lo confunde o porque lo desconoce.

          A pesar de todas mis vivencias de lo malo, de lo peor, de traiciones y deslealtades, de mentiras y astucias que me ha tocado vivir, me declaro, hoy más que nunca, defensora de la honestidad, de la claridad, de lo leal y lo limpio con los que muchos, aportan al mundo gotas de pensamientos puros y buenos deseos. Con los que tantos suman y no restan. Con esa gran mayoría que hacen que sigamos teniendo fe en el ser humano y su gran potencial para la bondad.

          El resto, aquellos alejados de estos valores, solamente están dormidos, ciegos o perdidos.

          Tal vez despierten algún día. Tal vez no. Pero cada alma tiene su evolución, su hoja de ruta y sus vivencias que experimentar.

Por eso, todo es perfecto para cada cual. Así como está la vida en cada momento. Sin más.

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