Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 30 de septiembre de 2020

¿ SABES ESTAR SOLO/A?

Muchas personas están devoradas por su avidez social. Continuamente saliendo y entrando, recibiendo llamadas, provocando contactos, relacionándose y megasocializando su dimensión humana volcada al exterior.

           Son personas que no saben estar solas y buscan compañía allí donde vayan porque si se encuentran consigo mismas temen  enfrentarse  a un vacío inmenso.

 


 

          Es muy saludable saber estar con uno mismo. En esa amistad con tu interior se abren muchas dimensiones de comprensión y compasión en la que te entiendes y reconoces a los demás. Tal como eres; tal como son.

          En muchas ocasiones uno puede sentirse sólo entre la gente pero si has entrado en ti, si estás acostumbrado a hablarte y a comprenderte en profundidad, nunca estarás solo porque estás contigo. Plenamente. Dulcemente. Amorosamente.

          Hay toda una teoría destructiva en relación a la soledad. A ella hemos adherido cualidades peyorativas del “solitario”. No es difícil calificar a quienes están solo de “raros”, “antisociales” o “dispersos”, por decirlo de forma suave.

          Buscar con voracidad compañía es sinónimo de baja autoestima. Necesitas a alguien que te aplauda, alguien que te escuche, que ría tus gracias, que te haga sentir un pequeño dios/sa en un altar que construyes en base a las alabanzas y complacencias ajenas.

          Quedarte a solas contigo es un ejercicio de gran valor. No sencillo. Nunca rápido. No debes tener prisa para salir corriendo de ti. Debe ser sosegado. Tranquilo. Lleno de paz y amor por ti. Algo que tal vez has olvidado a base de volcarte en los demás para perderte en ellos y no pensar.

           Cada vez descubro más bondades en la soledad creativa; en la soledad merecedora de la conexión de los sentimientos más puros que me ayudan a convertirme en mi mejor versión.

          Pasea en soledad. Medita en ti. Quédate contigo amándote tanto que llegues a conocer esa plenitud permanente que no encontrarás en nadie más.

Es un aprendizaje maravilloso. Reconozco que mi vida no me había dado oportunidad de acercarme a esta experiencia. Ahora no sabría estar sin ella.

Pruébalo.

 

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