Caen
las horas del día como si del péndulo cayesen
motas de polvo olvidadas en su vaivén,
Y
esperamos, minuto a minuto, que todo
cambie.
Qué
cambie la forma de comenzar las mañanas,
Qué
cambien las gentes que están a nuestro alrededor,
Qué
cambie la suerte que parece que nos acompaña
Qué
cambie el aire que al salir nos apuñala.
Esperamos
que las sonrisas se desgranen a nuestro paso,
Que
los sueños se cumplan sin retraso,
Que
lo que anhelamos venga ya,
O
que lo que tenemos no marche nunca, ni haya ocaso.
Esperamos
quietos sin que nada cambie
O
sin cambiar ni uno solo paso de nuestros pasos.
Esperando
esperamos que llegue el mañana
Que
sin saberlo está llegando
Porque
no hay noche oscura sin día iluminado.
Porque
temo no tener tiempo de perderlo
Sin
darme cuenta, pensando.
No
hay futuro, no hay pasado,
Que
todo está en el ahora, niño
Y
tú te estás retrasando.
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