Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 12 de mayo de 2019

LO QUE SUPONE EL “SI” o el “NO”



Lo he pensado muchas veces.  No tiene la misma carga potencial de acción, compromiso, entrega o empeño la respuesta afirmativa que la negativa.

Para muchas personas, decir No es un imposible. No han aprendido a poner límites. Actúan desde la aceptación y el reconocimiento de los demás y sobre todo, lo que no quieren es su rechazo.




 A veces, es tan intenso este sentimiento que poco importa que a la persona que se le debe decir NO sea desconocida. Hay un miedo irracional a que la otra parte piense que ofendes, que puedes dañar o que pueden despreciarte.

Por el contrario, hay gente que solamente sabe decir NO a todas las horas y por sistema. Si antes podíamos apreciar una falta de autoestima, ahora una sobra de prepotencia. 

No quieren aceptar otras propuestas nunca, en primer término, porque eso equivale, para ellas, a someter su voluntad, a sentirse manipuladas por la decisión de otro, aunque sea acertada, y sobre todo a pensar que no tendrían valor si cualquiera pusiese decirles cómo hacer algo.

Por otra parte, las personas que dicen SI se comprometen. Aceptar lleva a la necesaria implicación en lo que sea y supone embarcarnos en la aventura de la acción.

Deberíamos pensar con cuidado la respuesta que hay que dar en cada momento. No siempre es SI; tampoco siempre es NO. Ni debemos darnos por completo, ni debemos rechazar por sistema.
En realidad, siempre hablamos del equilibrio. De la necesaria estabilidad que deja en armonía tanto el cuerpo como la mente.

Decir Si supone mucho. Abre posibilidades, promueve la creatividad, permite avances, logra encuentros, favorece la vida.
Decir NO cierra puertas, encoge y retira. Inmoviliza y detiene. Termina con la acción y denuesta  la voluntad.

Pero en realidad, ni uno ni otro es bueno si no se saben aplicar en el momento adecuado.

La vida es una escuela de prácticas. Ella te va a indicar cuándo hacerlo mejor; poco a poco, a base de ensayo-error.

En conclusión, aprendiendo de las equivocaciones que al fin y al cabo son siempre, sin lugar a duda, una oportunidad de mejora.

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