Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 18 de marzo de 2018

MIEDO AL SILENCIO



Estaba buscando alguna reflexión que me sacase de una tarde de domingo, un tanto vacía y desganada. 

Hace tiempo que pienso que tenemos demasiado ruido alrededor; que a veces el ruido somos nosotros y que ya no podemos sino estar a gusto en ese ruido. El silencio parece peligroso, es como si nos anunciase que algo malo va a llegar o que estamos inmersos en ello ya.



No estamos tranquilos con el silencio. Nos parece vacío. Nos deja esperando que algo suceda, es como el paso anterior a una desgracia. El silencio hace presente los miedos y eso no nos gusta.

Sin embargo, el silencio es presencia. En él nos encontramos con nosotros y eso es lo que tal vez asuste.

Comparto estas reflexiones que van acompañadas de algunos pensamientos cortos pero de intenso calado.

Feliz comienzo de semana.
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“…Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carreta.
- Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
- Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace"
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Y nadie está más vacío que aquel que está solo lleno de sí mismo.

- Si el sabio te censura, piénsalo. Si el estúpido te alaba, ¡laméntalo!

- El que se sabe merecedor de la aprobación y del aplauso, no hace nada para conseguirlos.

- El árbol que sobresale muy pronto con sus ramas, suele ser el que primero cae por falta de raíces.

- El hombre seguro de sí mismo goza cuando es apreciado y se duele ante el menosprecio, pero no malgasta su tiempo para cambiar la opinión ajena.

- La propaganda es muchas veces como el agua: deja en el fondo el oro y saca a flote el leño seco.

- Si eres sensato valoras más el juicio de los pocos que te conocen de verdad, que las alabanzas o los juicios negativos de los que te desconocen.

- El necio se irrita con la corrección del amigo y se hincha con la alabanza del adulador.

- El orgullo hincha la pobreza del necio y la humildad agranda la riqueza del sabio.

- El orgullo es la fachada de la estupidez y la humildad es el cimiento de la sabiduría.”

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