Fue
una de mis alumnas, la más mayor de todas, la que me acercó un día unos
pequeños libritos en cuyas páginas había frases muy cortas pero de gran calado
para el alma.
Me
dijo que ella seguía todas las noches una especie de rutina que le venía muy bien.
Antes de acostarse cogía varios de éstos diminutos libros y abría al azar, con
los ojos cerrados, una de sus páginas. Ese y sólo ese era el mensaje que la
vida le ponía delante para el día siguiente. Con esta serenidad se iba a
dormir.
Se
trata de una colección que alude a muchos temas. He comprado tres, de momento,
y estoy encantada con seguir el breve ritual de mi amiga y alumna Socorro que a
sus 86 años vive jovencísima en un cuerpo también muy cuidado.
Mis
libros llevan estos títulos: “Vivir en plenitud”, “Vivir sin prisas” y “Estar
bien consigo mismo”. Os dejo una foto aquí de ellos.
Hay
muchos más títulos y sería muy interesante ir adquiriendo todos ellos.
Las
frases que me tocaron en suerte anoche fueron las siguientes:
· De Estar bien consigo mismo; …” Cuando te sientas
herido, coméntalo con la persona que causó el malestar. Guardarlo para sí hace
que aumente el dolor.”
· De Vivir en plenitud;…” Eres el protagonista de tu
propia vida. Emplea toda tu energía en ser tú mismo. Nadie puede hacerlo tan
bien como tú.”
· De Vivir sin prisas: …” Permítete llegar tarde de vez
en cuando. La vida es para vivirla, no para programarla.”
La
mayoría de las veces, los mensajes que me llegan cada noche me afectan en algo
que me sucede. Me da calma leerlos… aquí os lo dejo por si alguien quiere hacer
lo mismo e ir completando la colección.
¡Espero
que os sirva tanto como a mí.!
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