Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 6 de enero de 2015

EL REGALO DE LA ILUSIÓN



            Cada vez estoy más segura de que el objetivo final de la vida es la ilusión, el entusiasmo y la pasión por lo que deseas, quieres o estimas.

         Acabamos de pasar la mítica Noche de Reyes. Una noche que parece tener significado solamente en los niños. La ilusión es la que, aun sabiendo que los Reyes Magos no existen, perdura más allá para hacer de los regalos, algo diferente.

Me gustaría saber qué se esconde tras los deseos de un regalo. A veces la necesidad de reconocer el afecto, de materializar el cariño o de empatizar con las ilusiones del otro. 

Cuando regalamos, al menos a mí, se me expande el corazón. Es como si el entusiasmo del otro al recibirlo inyectase una corriente de arrebato en mi misma. Su alegría conecta con la que siento y entonces, sea lo que sea el objeto de la entrega, me encuentro feliz.

Muchas personas opinan que no deben existir días marcados para los regalos. Es cierto que rompe la magia del momento. Pero también es verdad que los regalos tienen significado y seguro que ejercen una especie de  hechizo en ambas personas.

Hay regalos, los mejores, que no tienen precio. Y esos precisamente son los que nunca se olvidan, ni se pierden, ni se estropean, ni se disuelven.

No hace falta nada para regalar. Siempre se puede entregar algo simbólico que encierre el misterio de una amistad, de un gran amor, de una ayuda, de un débito…en definitiva de un inmenso agradecimiento por lo que el otro nos entrega o ha entregado en algún momento.

Esta Noche de Reyes que ha pasado seguro que nos ha dejado algún regalo de estos, a veces invisibles a los ojos por carecer de envoltorio y lazo, pero que hará falta poco para poder encontrar.

Miremos en nuestro pequeño microcosmos y veamos si hay algún regalo depositado en el hogar de la nuestra chimenea que mantiene el fuego del corazón. 

Busca, sigue buscando…seguro que lo encuentras.

(Os diré que el mejor regalo que me han hecho se resume en una cartulina muy pequeña enmarcada en un plástico. Su mensaje es de esos que tienen tanto valor que nunca tendrán precio)

2 comentarios:

  1. Una vez regalé un lucero; lo envolví en una nube luminosa y lejana, le coloqué un coqueto moñito laboriosamente tejido en una galaxia rosada y lo envié con el mensajero del viento: sé que todavía lo guarda a quien lo obsequié porque en las noches estrelladas lo veo brillar como aquel dia en que viajó raudo a colocarse en ese rincón del cosmos desde donde me mira con nostalgia.

    ...!

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  2. Exquisito regalo!, de esos que nunca se pierden, ni se olvidan.
    Hay regalos que dicen tanto sin palabras!, esos son los del valor sin precio***

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