Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 30 de junio de 2014

EL SILENCIO HABLA



Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto
contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el
mundo.
Tu sentido más interno de ti mismo, tu sentido de quién eres, es
inseparable de la quietud. Ése es el Yo Soy que es más profundo
que el nombre y la forma

La quietud es tu naturaleza esencial.

¿Qué es la quietud?

El espacio interno o conciencia en el que las palabras de esta página
son percibidas y se convierten en pensamientos.

Sin esa conciencia, no habría percepción, ni pensamientos, ni
mundo.

Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona.
El equivalente del ruido externo es el ruido interno del pensamiento.

El equivalente del silencio externo es la quietud interna

Cuando quiera que haya silencio a tu alrededor, escúchalo.

Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él.

Préstale atención.

Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de ti,
porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.
Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no
estás pensando.

Eres consciente, pero no piensas.
Cuando te das cuenta del silencio, se produce inmediatamente ese estado
de serena alerta interna

Estás presente.

Has salido de miles de años de condicionamiento colectivo humano

Mira un árbol, una flor, una planta.

Deja que tu conciencia descanse en ellos.

¡Qué quietud manifiestan, qué profundamente enraizados están
en el Ser!

Permite que la naturaleza te enseñe la quietud.

Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas.

Conectas con él a un nivel muy profundo.

Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la
quietud.

Sentir tu unidad de ti mismo con todas las cosas es verdadero amor

El silencio ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud.

Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el
espacio en el que surge el ruido.

Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.

Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus
percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental.

Siendo consciente de la conciencia surge la quietud interna.
Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio.

¿Cómo?

Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como
es; esa aceptación también te lleva al reino de paz interna que es
quietud.
Cuando aceptas profundamente este momento tal como es -tome la forma que
tome-, estás sereno, estás en paz.
Presta atención a la pausa: la pausa entre dos pensamientos, al breve
y silencioso espacio entre las palabras de una conversación, entre
las notas de un piano o de una flauta, o al breve descanso entre la
inspiración y la espiración.

Cuando prestas atención a esas pausas, la conciencia de «algo»
se convierte simplemente en conciencia.

Surge de dentro de ti la dimensión informe de pura conciencia y
reemplaza la identificación con la forma.
La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud
donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas.

¿Es la quietud tan sólo ausencia de ruido y contenido?
No; es la inteligencia misma: la conciencia subyacente de la que nace
toda forma.



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