Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 31 de marzo de 2014

EL GUARDIAN DE LOS SECRETOS



Uno se pregunta quién puede ser el que mejor guarde los secretos de aquello que la vida te pone delante y no se puede contar.
         Siempre he mantenido, en mis creencias, que cuando alguien te cuenta algo íntimo, alguna experiencia o suceso que cae en el ámbito de lo incontable, te está haciendo depositario de un tesoro, el suyo, para que lo guardes en tu interior como cuando se cuida un bebé que te han dejado para cuidarlo mientras su madre no puede.
         Aceptar ser receptor de semejante información es, cuanto menos, comprometido porque si realmente eres fiel a la amistad que te une con la persona, o a la complicidad que ella ha demostrado en ti, nunca podrás desvelar su contenido. Entre otras cosas porque no es tuyo, no te afecta y no te pertenece.
 Otra cosa distinta es que no te sientas capaz de colocarlo en un rincón de tu alma para que repose mientras la persona se repone de lo que le angustia, entonces debes rechazar esa misión en vez de traicionarla.
Todos tenemos secretos, grandes o pequeños, insignificantes o trascendentes, y es bueno que así sea. Ellos son lo que de verdad te unen con un ámbito que está fuera de la normalidad, más allá de lo establecido como bueno o malo y por encima de las verdades inamovibles de quienes creen hacerlo todo bien.
Los amigos, los de verdad, lo saben perfectamente. No hay que explicar nada. Nada dirán de lo que guardan. O sí… en cuyo caso habrá sido una confianza que ellos han desperdiciado. Nosotros no nos habremos traicionado porque no somos la parte que falla.
A pesar de todo, tal vez, si uno duda de la fiabilidad de los depositarios que siempre tengamos claro que el mejor guardián de los secretos es nuestro propio corazón y que podemos siempre hacer el ejercicio de sentarnos con nosotros mismos y tratar de ponernos enfrente, imaginando lo que opinaría del caso tu propia persona si lo oyesemos de otro. ¿Qué le dirías?¿Cómo enfocarías la respuesta?¿De qué manera tratarías de calmarlo?.
Esta es una apuesta segura, pero no niego que es muy cálido el colchón que puede ofrecernos otro corazón amigo que sea leal a lo que solo a nosotros nos pertenece.
        

4 comentarios:

  1. Los secretos están íntimamente ligados a la culpa. A veces llegamos incluso a perder la noción de la realidad que aconteció en su momento.
    Hay una película que se titula "Secretos y mentiras" que aproxima la tragedia de una familia que vive entorno a los secretos que unos y otros van guardando y que los convierte en auténticos desconocidos. Sin duda cuando desvelamos un secreto a otra persona intentamos sentirnos así acogidos, como los niños al abrazo de su madre o su padre. Está muy bien lo que dices, tratar con uno mismo es el mejor camino hacia el perdón para poder disolver ese sentimiento que nos obliga a ocultarnos tras esa cortina del misterioso "fui yo".
    Un abrazo muy grande.

    ResponderEliminar
  2. Sí es cierto Xara, secretos y culpa...pero sobre todo "perdón" a uno mismo porque en realidad...nadie tenemos culpa de nada de lo que nos pasa y ni siquiera de cómo reaccionamos ante lo que sentimos. La vida es un puzzle donde cada uno encajamos como una pieza. Todos estamos entrelazados con quienes nos encontramos...mucho antes de venir aqui. Por eso, no hay culpa posible.
    Besos Xara e inmensos abrazos...***

    ResponderEliminar
  3. También es fácil entender el papel que han desarrollado los curas en las confesiones, en su momento y los psicólogos ahora. Un papel que estrecha el lazo en el tú y el yo, que rcoge las culpas para "limpiarlas" y que en los casos en que la honestidad con uno mismo no está permitida porque en la progarmación cultural así lo tenemos asumido. en esos casos libera aunque la auténtica liberación proveenga inevitablemente y sin ninguna duda del propio corazón. Un beso

    ResponderEliminar
  4. Xara, la condena exige un juez...y demasiado tiempo han usurpado esa figura, protagonistas de doble moral. Estoy de acuerdo contigo. Posiblemente, hayamos iniciado un nuevo cambio cultural ya hace tiempo. Tan necesario como inevitable. Posiblemente también, estemos aprendiendo a acercarnos a nosotros mismos sin necesidad de intermediarios porque no les hay entre nuestro corazón y el dios que habita en él.
    Más besos preciosa*

    ResponderEliminar