Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 28 de enero de 2014

LA SABIDURÍA SOLO ES UN RECUERDO



         Nunca me olvidaré de un profesor de matemáticas que nos decía, una y otra vez, que el resultado del problema ya estaba siempre implícito en él. En aquellos momentos no podía creerme que lo dijese con tanta seguridad mirando a unos números que no me hablaban.
         Aquella frase tenía su sentido. Lo primero sobre lo que nos quería alertar era acerca de la capacidad, prácticamente nula, de leer correctamente el enunciado. Nos ponía en aviso de lo importante que es fijarse en las señales, en los datos y en las informaciones que se dan a primera vista. De los contenidos que ya están y no vemos.
         Más tarde, pretendía que creyésemos en nuestra habilidad para resolver apelando a un sentido del conocimiento propio y universal. Ahora, he entendido que esto es aplicable a cualquier circunstancia de la vida y que la sabiduría está siempre en el interior. Sólo hay que evocar el recuerdo y rescatar las respuestas.
         Tengo impresiones, desde pequeña, muy fuertes en mi. Desde hace mucho tiempo sentí mi vida como un proyecto, como una experiencia elegida por mí en la que nada iba a ser casual, salvo mi decisión de probarme a mi misma una y otra vez.
         Intuí también que la elección de los padres era algo que habíamos decidido, como las circunstancias por las que pasamos o las personas que tenemos que conocer. Todo está implicado y todo nos implica.
         Nuestra misión no es únicamente con nosotros mismos porque cada transformación, cada decisión, cada movimiento afecta al todo que nos rodea y eso que nos toca de refilón o nos da de pleno, también se transforma.
         Ni siquiera el momento de la muerte se me revela ajeno a nosotros. Es parte de lo mismo. De ese proyecto que encaja en la experiencia terrenal que hemos diseñado en la carrera del aprendizaje, en la prueba de nuestra conciencia, en la increíble aventura de volver a reconectar con la sabiduría cósmica que nos invade.
         Solamente hay que estar atento, dejarse llevar y volver a fluir con la oleada creciente de divinidad que somos.

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