Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 5 de agosto de 2012

EN EL CENTRO DE MI CALMA

Algunos días, en los que la razón no me deja sentir con tranquilidad tengo que buscar el centro de mi calma. Necesito encontrar la ruta que me lleve a ese lugar. Preciso un calzado idóneo con el que caminar cómodamente hasta él.
Busco mis zapatillas color esperanza y me calzo serenamente, deleitándome en el proceso como si desease que este sendero no terminase nunca y la ilusión de encontrarme con mi yo sereno pudiese dilatarse por mucho tiempo.
Me doy cuenta que no tengo que salir por ninguna puerta pero si entrar por la ventana que dejo entreabierta en el corazón para facilitar la huída hacia dentro cuando todo parece ir peor de lo acostumbrado.
Me siento, me tumbo…dejo caer los brazos, acompañados por  el peso de mis miedos, como si al hacerlo fuese capaz de soltarles fuera de mi. Coloco mis piernas sobre un camino de sueños y me impulso fácilmente hacia dentro para caer en el colchón mullido de las pautas que me esperan.
Me doy cuenta de qué está hecha la felicidad mientras caigo lentamente. Observo que tiene el aroma del entusiasmo y las tonalidades del divertimento. Me percato de que la alegría está a la base de su existencia y que ésta surge del placer de explorar lo desconocido y de gozar de lo encontrado.
Miro y veo que en lo profundo de lo que nos apasiona está la clave para seguir sintiéndonos vivos. Pero sobre todo, descubro que mi calma me espera siempre que yo sepa esperar.
Hoy he aprendido, además, que no puedo dejar que la pasión desbordada rompa mi alma, ni que lo que me sacude hasta transformarme en otro ser, me descontrole. Que es bueno, además, descubrir lo que nos conmueve y nos acerca a la tristeza sentida por otros pero que hundirnos en ella nunca les ayudará como pretendemos.
Ahora, en este momento, me siento casi en el centro de mi calma…haciendo un lazo con el pensamiento y la emoción para regalártelo al extender mi mano y sentir que casi puedo tocarte. Ahora, en este momento, siento que puedo lanzar sobre ti todo el amor que aquí dentro he descubierto porque solo si lo comparto seré capaz de engrandecerlo infinitamente.
Otra lección sin la que no podré avanzar en la porción de aprendizaje que me corresponde hoy.
Salto de nuevo fuera de mí para encontrarme. Sonrío y espero…siempre espero, pero ahora sin desesperar.

2 comentarios: