Miedo tenemos todos. No hay nadie que nunca haya temido algo. En realidad, lo que nos diferencia no es la ausencia de miedo, ni siquiera la gradación que podamos sentir de él. Lo que nos hace distintos es el valor para enfrentarlos y la determinación para mirarlos cara a cara.
Muchos de los miedos que tenemos podríamos decir que son miedos prudentes. Miedos necesarios para evitar la temeridad; miedos que nos protegen de la insensatez de obviar los peligros reales que existen y nos rodean. Estos miedos han formado parte de las estrategias de supervivencia durante milenios y no son otra cosa que poderosos sentimientos de defensa que nos mantienen alerta ante el infortunio posible.
Sin embargo, solemos apegarnos a los miedos ilógicos. Aquellos que crecen y se elevan en nuestra mente como fantasmas gigantescos que no dejan de angustiarnos cada vez más. Miedos que se fundamentan en la desconfianza, no siempre del otro, sino incluso de nosotros mismos. Miedos patéticos, capaces de generar conductas desmedidas que nos dominan y subyugan.
Tenemos miedo ante la pérdida de una pareja, miedo a los silencios y salidas de nuestros adolescentes, miedo a la mentira y el engaño…pero posiblemente el más peligroso es el miedo al propio miedo. Para ese las soluciones son pocas porque pasan por sacar a la luz a todos los demonios que nos acompañan desde niños; las oscuridades y el frío silencio que acompaña a la soledad del que teme.
Hay que desmontar los miedos desmedidos para quedarnos con aquellos que nos protegen de la imprudencia. Medir de que dimensión y que carácter tiene nuestro miedo. Preguntarle por qué senderos recónditos quiere llevarnos y negarnos a acompañarlo por la inercia de la duda.
Hay personas llenas de miedos. Miedos cotidianos que se pegan a las rutinas de vivir y que se adaptan al día a día recubriéndolo todo con su negro manto. Someten y subyugan. Anulan y demuelen. Y lo peor es que quienes sufren estos miedos perpetuos e invasivos tienden a proyectarlos a aquellos que tienen cerca y logran que la semilla del desconcierto anide en su espacio vital.
No podemos vivir con miedo. La libertad del alma es contraria al temor. Se nutre de confianza, de seguridades, de alegrías y de esperanzas. Y todo ello, cuando ocupa el lugar del miedo, nunca más le concede un espacio.
Quedémonos con la prudencia de lo temible y echemos de nuestro lado el fantasma de lo terrorífico. En definitiva, nada puede evitar lo que ha de suceder a cada cual.
La ignorancia genera un tipo de miedo paralizante, aterrador; este temor, un miedo profundo a conocer, a intentar o lograr lleva al ser humano a condiciones infra-humanas.
ResponderEliminarNo hay mayor desastre que ese temor a intentar ser, tomar control de si y en la mayoría de los casos se llega allí por ignorancia.
Los viejos sabios griegos hablaron de " conócete a ti mismo": quien no se conoce o sea se ignora, puede llevarse a si mismismo a fondos terribles; el vicio, los dogmas, las frustaciones, los tabues, son infiernos a donde hemos llegado por esa condicion alienante de la naturaleza humana...que es precisamente lograr la felicidad, aclarar las sombras, intentar los caminos, abrir brechas, despejar errores, apoyar la luz, darle fuerza añ ser, construir,...en fin.
La tiniebla de la ignorancia lleva a muchos seres humanos a pasar por la vida viviendo en un infierno.
Que enorme responsabilidad tienen todos aquellos a quienes la vida les ha dado la oportunidad de enseñar o sea a generar luz en los ingorantes, en los chicos, en los educandos, en los menores, en los desvaliddos, en los pobres de espíritu.
El profeta de Galilea vino a enseñar...a traer la luz y muchos han usado sus principios para generar tinieblas.
Saludos para todos.
Y para ti mi bella hada...el viento te lleva mis amorosos susurros.
...!
Es muy difícil ser fiel en todos los casos; una vez promnetí a un primer amor: " amor eterno" y no pude complirle, llegé a convencerme que el amor eterno no existe; quizá exista el anhelo por amar eternamente, de verdad lo intenté, pero llegó un amor mas fuerte, mas angelical, mas "puro" y lo que parecía amor era solo pasión y lo que era constancia era solo vulgar costumbre y lo que era fidelidad se transformó en amistad sincera, pura, casi hermana de lo filial y una nueva pasión me hizo jurar de nuevo " amor eterno" pero esta vez era otra clase de amor, os lo confienso era muy diferente.
ResponderEliminarOs pregunto, existen varias clases de amor y por supuesto varias clases de fidelidad?
Mi perro me fué fiel hasta un dia en que el celo, ésa pasión natural lo alejó de mi lado para siempre, una hembra de su raza pasó coqueta a nuestro lado y él loco de "amor" huyó de mi lado, nunca regresó a su primer amor.
Como dice nuestro amigo del oeste, ahí va mi saludo con el viento.
Mi querido viento del Oeste, efetivamente has dado en el núcleo delproblema: la ignorancia, el no comprender...cuando uno entiende, cuando somos capaces de ponernos en lugar del otro, cuando realmente vislumbramos la situación en su justa dimensión...entonces...los miedos desaparecen o lo hacen aquellos que paralizan e invalidan...aunque queden los ligados a la prudencia.
ResponderEliminarMe llegan como aliento fresco y renovado esos susurros amorosos del otro lado del Atlántico! Retornen llenos de luz y armonía...
Estimado anónimo...muy interesante tu reflexión. ¿Existen varias clases de amor?¿Y de fidelidad?...por eso añado...¿Es lo mismo querer que amar?...Rico debate el que podríamos abrir si contásemos con la participación de nuestros lectores.
ResponderEliminarDe tus palabras me quedo con algo que me ha gustado mucho..." El amor eterno no existe...quizás exista el anhelo de amar eternamente"...me parece absolutamente real. Es el amor al AMOR el que no muere...el que siempre está dispuesto, el que no tiene edades, ni sabe de clases ni consiciones. Tu perro lo entendió muy bien...no te abandonó, simplemente encontró un amor que le transformó para siempre.
Un sincero abrazo! y gracias por participar.
El amor es (según mi punto de vista) el causante de todos los cambios, también en las relaciones de pareja. Pienso que la fidelidad fué un invento para mantener nuestro modo o sistema de vida, y la religión tuvo mcho qe ver en todo esto. Especialmente nos relegó a las mujeres a un lugar en el que el amor debía estar sometido a la resignación.
ResponderEliminarEl amor es una búsqueda hacia uno mismo y por eso, si lograramos apartarnos de los apegos y costumbres asociadas a ellos, probablemente todo sería más sencillo. A veces en esa búsqueda encontramos el reflejo más cercano, más nítido,,entonces, nos enamoramos. Lo ideal debe ser enamorarse de todos y de todo, así creo, se consigue vivir en feliz armonía, y para ello hay que verse en la luz y también en la sombra. Un besín
Xara es cierto...el amor es un camino hacia uno mismo lo que sucede que es através del otro, con nuestras reacciones, nuestros rechaos, nuestra identidad o nuestra generosidad como vamos descubriéndonos en esa relación amorosa. De alguna forma, el "otro" nos permite, al estar ahí e interrelacionarnos con él, darnos nuestra propia medida.
ResponderEliminarOtro besito
Entonces si no hay "otro", (en relación a la pareja), ¿no hay amor?...
ResponderEliminarHoy, por primera vez de un modo intenso, siento la presencia de todos los amigos de este espacio. Y me gustaría deciros que me siento incluída en esos 80 miembros que leen las magníficas aportaciones de Flor y Nata e imagino vuestras expresiones al leer los comentarios. Os pido perdón a los que pueda molestar con mi opinión. Os aseguro que soy una más que ha extendido su brazo tras las cortinas hacia el teclado.
Muchos besos a todos los miembros del blog, y a tí Flor y Nata en especial.
Xara te agradezco especialmente tu presencia activa aqui. Sé que nos lee mucha gente, mucha más de los que están como miembros, lo que sucede es que pocos sois los que dejáis vuestro magnífico rastro.
ResponderEliminarMe gustaría que el debate y las aportaciones fuesen mayores pero cómo hacer para que los anónimos ojos que nos leen nos escriban también!!.
Mi gratitud a todos. Mi recuerdo para Domingo, que lo hemos perdido en el camino...no sé si nos lee o es que no escribe y para Xavi y los que de forma anónima comenzaron a dejar sus aportaciones.
Ni que decir tiene lo que agradezco la presencia del Viento del Oeste, nuestro amigo de Veracruz y todos y cada uno de los anónimos que nos han escrito algo.
Al resto igualmente mi sintonía y mi reconocimiento por leer lo que escribo.
Un beso enorme Xara y no nos dejes.
Xara....mi linda, siempre que escribes leo y medito tus valiosos aportes y extraño cuando no los encuentro; eres parte muy activa de la comunidad y como dice nuestra "hada" que los anónimos y los tímidos dejen su voz...es un eco que nos ayuda a compartir valiosas experiencias, puntos de vista originales y vivencias enriquecedoras.
ResponderEliminarUn abrazo filial para todos desde las lejanas regiones andinas suramericanas cubiertas de fina bruma invernal pero impregnadas con el calor y el cariño del trópico.
...!