A veces me pregunto si hay una parte demoniaca en todos nosotros. Aludimos, frecuentemente, a la parte divina…a esa chispa de los dioses que mora en nosotros como esencia misma de su naturaleza compartida. Pero cuando vuelvo mis ojos a los terrores de la historia y puedo poner nombres y apellidos…entonces algo se desequilibra en mi y me impele a pensar que esa otra dimensión también existe.
No podemos ignorarla, si es que está ahí. Debemos conocerla y si es posible, controlarla. Me repugna y revuelve todo mi interior el maltrato sea con personas, animales e incluso con las cosas materiales. Esa agresión injustificada, llena de ira y locura malsana, esa forma de ejercer una autoridad que nunca le corresponderá a quién así se comporta y esa disponibilidad hacia la provocación del sufrimiento del resto…me asquea.
¿Cómo es posible que se sienta placer en el dolor ajeno?¿Cómo y en qué parte se aloja el deseo de matar, de aniquilar y de humillar a los demás?. Y lo peor es que no responde a un instinto de supervivencia como podría corresponder a un comportamiento propio de la especie. Lo más deleznable es que realmente el veneno está instalado en los laberintos de la mente, en ese cerebro límbico que se encarga de las emociones y que se desequilibra; en las rutinas de maldad de las que algunas personas hacen gala.
¿Les hace ser más fuertes?¿Les concede la idea de que en realidad son más poderosos?¿Les provoca placer la falsa cúpula del instante en el que someten?...Algo debe cambiar en el corazón para que éste pueda aceptar como válidos dichos comportamientos.
La eterna pregunta sobre si el mal es parte del hombre, si se nace con él o si se aprende como reacción defensiva supera el ámbito de lo teórico para instalarse con acritud en la realidad.
Hay personas que han protagonizado la autoría de matar a multitud de seres semejantes…y personas que en el lado opuesto de la balanza, han salvado a otros muchos. En el medio, el hombre común que día a día lucha contra sus propios demonios…aquellos que la educación, la urbanidad, la cortesía y los valores aprendidos someten constantemente. Y cuando asoman y nos pillan de improviso, es necesario que encuentren una sólida capa de amor que logre fulminarlos al instante.
Es el único antídoto contra lo que anida en nuestro interior y que sin proceder del lado animal, nos convierte, también, en humanos.
Hace poco hablábamos de ésa otra naturaleza humana que tiene algo de "lobo" ó sea de depredador de su misma especie.
ResponderEliminarImponer la autoridad y la soberbia dominante sobre el desvalido, sobre el sub-alterno o simplemente sobre el otro ser humano es parte de la nauraleza mas ruin del ser humano.
Es asqueante comprobar como el mayor depredador de la naturaleza incluyendo los de su misma especia es el ser humano.
Podemos pasar de la santidad levitante del anacoreta a la mas abyecta condición animal en la mas primitiva condición.
Si es verdad: tenemos parte de bestia y parte de dioses en nuestros homínidos genes; la educación, la formación y el inculcar principios sanos en los chicos, generan una capa protectora que aisla esa detestable naturaleza que nos asemeja a las mas asquerosas bestias que conocemos.
El ser humano requiere vivir en una vigilia constante para mantener el control sobre esa otra naturaleza que deja ver sus "dientes y cola" de vez en cuando.
Saludos.
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Ni ángeles ni demonios, somos una especie en evolución, nada más. Hemos venido aquí para aprender, para evolucionar y nuestro gran problema es que lo hemos olvidado demasiadas veces lo que nos lleva a creer que forma parte de nuestra genética. El ser humano solo sabe ser ángel cuando ha reconocido su ferocidad en sí mismo, después que en el "Otro", en la mayoría de las ocasiones, lo demás es una máscara, un ropaje que socialmente se admite, con el que el ego se viste cada mañana y nos convierte en quien creemos ser, y nos entregamos en esa creencia al mundo.
ResponderEliminarTodos estamos en un proceso evolutivo, del que la obscuridad también forma parte, por eso a veces, nos sorprende nuestra actitud en un momento dado, y tratamos de justificarla con mil razones "válidas" porque se salen de la normalidad. Lo horrores de la historia y de la actualidad, deberían darnos más pistas de cómo sómos en realidad, para de un modo científico, empezar de una jodida vez a trabajar en ello, como asignatura fundamental en los colegios e institutos. Inteligencia emocional, control y reconocimiento de nuestras emociones, y ACEPTACIÓN.
Un beso a todos y muchas gracias Viento del Oeste por tu amistad.
Xara mi linda...eres muy dura en tu apreciación del ser humano; sin volver sobre los argumentos de los evolucionistas, solo quiero acotar que no es posible negar que llevamos en los genes un ancestro genético muy especial que produce en los humanos ejemplares con el don a el "toque" de los dioses.
ResponderEliminarCuando un ser humano se eleva sobre los demás por acción de su obra intelectual,y sin contradecir a los evolucionistas, hay manifestaciones mas allá de los humano y por eso decimos que somos " mitad dioses"..pero en la mayoría de las veces actuamos a fondo dando rienda suelta a nuestra naturaleza "homínida" y en esos momentos en que debemos admitir que somos simples bestias evolucionadas.
Hay demasiadas manifestaciones en uno y otro sentido para negar con absoluta certeza nuestras dos naturalezas...la humana y la divina.
He dicho que somos " polvo de estrellas" porque en realidad así és: somos una chispa del Gran Hacedor, cualquiera que sea la concepción ó el dogma que lo sustente, no podemos negarnos esa otra naturaleza que nos eleva a límites inimaginados...rayanos con el espíritu, cercanos al Gran Arcano que rige el Universo.
Un abrazo cordial y mis mas nobles sentimientos porque permanezcas cerca de nosotros compartiendo tus valiosas vivencias.
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Te voy a decir, mi querido amigo, que según mi percepción personal, basada en el estudio de mí misma, eso sí, desde el punto de vista de las teorías de Jung, que más bien son vivencias, y en consonancia con las de muchas otras personas (la duda siempre permanecerá, y me alegra que así sea para futuras investigacions), bien, digo que mi percepción acerca del bien y el mal, de la dualidad porque así somos y nadie puede cuestionarlo, hay un camino ascendente, que muchos sabios y místicos ya comprobaron, que une esos dos pilares del ser humano. Las teorias evolucionistas se basan principalmente en la observación, capacidad innata en la persona, y a partir de ella desarrolla el mapa del camino hacia sí mismo, que es el camino hacia el origen. Tanto en evolución ascendente como descendente. La evolución
ResponderEliminartraspasa muchas barreras y la genética nos mantiene en las teorías deterministas donde nada se puede hacer, sino esperar (resignación). Hay un sueño, y es que el libre albedrío nos ha sido regalado para aprovecharlo al máximo..., el libre albedrío es... pies y voluntad unidos.
Hay personas, que iluminan con su bondad; todos ellos saben ponerse en el lugar del otro. Son personas que ya encontraron su "fiera" y la besaron y la amaron. Ellos ayudan a entender el caos y multiplican el Amor con su sabiduría aplicada al resto.
El libre albedrío es una herramienta fantástica, un juguete del cosmos, que como todo lo que no se ve tiene un valor incalculabele, infinito como el espíritu que nos guía.
Creo en el Ser Humano, en sus potenciales investigaciones, en su maravillosa forma y en el día en que sus emociones no sean dueñas de su destino sino las mariposas que revolotean en su caminar.
Un abrazo de primavera en Abril, lluvia, frescura, verdor, alegría y ganas de entender que otro mundo es posible y nada, ni siquiera mi determinante y limitada genética podrá evitarlo.
DESPERTAR no duele tanto...
Un abrazo
Interesantísmos comentarios!!!...sigo escuhando...aprendo mucho on vosotros!!.
ResponderEliminarGracias amigos del alma!!
Besos