Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 8 de diciembre de 2011

LA DUDA COMO FORMA DE VIDA

Si hay algo que nos reporte peores resultados en nuestra vida es la duda permanente y constante de todo y por todo. Dudar es una estrategia vital que nos defiende muchas veces de que  resultados que pueden ser nefastos, se precipiten ante nosotros y nos devoren. Es favorable para acompañarnos en el crecimiento dificultoso a través de los retos que nos va poniendo la vida y de algún modo, nos permite pararnos ante las respuestas y evitar la anticipación indebida. Sin embargo, cuando la duda es la forma de vida permanente se convierte en un pesado yugo que nos asfixia lentamente. Ni siquiera nos deja disfrutar de las equivocaciones; y digo disfrutar porque en ellas se esconde un componente de aprendizaje que nos viene muy bien a largo plazo. Si dudamos continuamente nunca echaremos raíces, ni seremos capaces de anclar nuestras decisiones en terreno firme porque nuestro proceso mental se debate inestable en arenas movedizas de las que nadie puede rescatarnos.
         Dudar siempre dificulta la toma de decisiones. Sabemos que no hay nada seguro y que hasta lo tangible está sometido a cambio continuo. Por eso no podemos peregrinar continuamente de una opción a la contraria sin encontrar en ninguna el reposo que nos convenza. Cualquier decisión por la que optemos tiene sus riesgos y en cualquiera debemos pagar un precio por asumir los resultados de nuestras decisiones. La verdadera cuestión está en poder valorar lo que perdemos en cada caso y de qué modo nos afectará esa pérdida. Entonces, nos daremos cuenta de que consecuencias tendrán nuestros pasos y podremos decidirnos a pagar el precio final.
         La mejor estrategia para superar la duda es “comprender” lo que encierra porque nos ayudará a conocernos y a superar nuestros miedos. Esos miedos que están al fondo de cualquier decisión y que socaban y profundizan sin límite la voluntad y la fortaleza cuando dudamos de todo.
         Me ha gustado esta pequeña reflexión de John Roger que comparto con respecto a la duda.
…”La cura de la duda es comprender; aun cuando no haya evidencias para entender. Entiendes que la duda es parte de la condición humana, de forma que no te quedes con tu duda, sino la usas como un método para probar o refutar aquello hacia lo cual te diriges.
Si dudas de algo, ve y verifícalo. Si no es así, tu duda ha sido parte de tu conocimiento. Si es así, tu duda ha sido parte de tu sistema de guía.
De ambas formas, utilizas la duda en forma positiva.”
         Utilicemos la duda desde la comprensión de lo que hay debajo de ella, desde la visión abierta de los miedos que encierra, desde lo que vamos a perder en cada toma de decisiones que hagamos y sobre todo, de si lo que nos faltará es realmente lo que queremos o lo que podemos soportar. Una vez dilucidado…el camino se allana.

2 comentarios:

  1. Me hace gracia esta palabra. Porque tiene una connotación muy infantil, "du-da", parece el nombre de "coco", o algo que asusta. Y, aunque suena un poco fuerte, aquél refrán popular que dice "ante la duda, la más cojonuda", me quedo con él, siempre habrá, al menos, una respuesta.
    Gracias por este sabio consejo
    Xara

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  2. Jajaj...qué gracia Xara, es cierto esa connotación fonética de dónde parece salir ya el miedo...el refrán es de lo ´más gráfico y práctico!. Besitos de buen tarde.

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