Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 4 de mayo de 2011

Mirar de reojo

Uno de los actos más difíciles, y que de peor gana llevamos a cabo, es perdonar. No es sencillo pensar una y otra vez lo que nos han hecho o dicho y no sentir rencor hacia esa persona sin poder remediarlo.
Hay algo que no acabamos de entender y que sin embargo nos obliga a sufrir sus consecuencias y es que el odio solamente envenena a uno mismo y ni una sola gota de él llega al que odiamos. Por eso se convierte en algo urgente poner en práctica cualquier método que nos permita liberarnos de esos sentimientos tan negativos y dañinos.
Lo primero que debemos intentar es "comprender" el estadio en el que se encuentra la otra persona. Mucha veces tenemos expectativas sobre los demás que nada tienen que ver con lo que realmente son. Nos empeñamos en que deben ser de una forma determinada, si es que pretenden merecen nuestro cariño, pero en un proceso de autoengaño evitamos ver cómo son y lo que nunca serán. Si no tratamos de ajustar la imagen real con el espejismo de nuestra mente, siempre quedará por debajo de lo que esperamos de ella y como consecuencia, nunca estaremos satisfechos con su relación.  En este estado de desajuste es fácil interpretar las ofensas con dimensiones mayores de las que deberíamos permitirnos y sobre todo es muy sencillo culpabilizar al otro y sentirnos víctimas.
Una vez comprendida la relación entre ambos, y el acople de las expectativas de cada uno, es necesario "entender" qué sucedió y si realmente esa persona actuó según su condición no pudiendo comportarse de otro modo, lo que no quiere decir que sea el correcto.
Si llegamos a comprender su estadio de evolución personal y entender que en base a él nos hirió, estamos en disposición de "dejar ir" el dolor que nos produjo y a la persona que lo causó. Esto no es sinónimo de intentar una reconciliación con el otro. En absoluto. Podemos haber perdonado en nuestro interior y ni siquiera decir nada a nadie. Porque este acto es privado e íntimo y en ese ámbito debe quedar. Tampoco necesitamos tener delante a la persona ni verbalizar lo que sentimos. Basta con imaginarla cerrando los ojos y trasmitirle nuestro deseo convencido de eliminarla de nuestra vida y sacar fuera el peso del daño que nos produjo. Dejarla ir, sin rencor, ni odio...simplemente...sacarla de nuestra mente. 
No podemos olvidar; eso no. Cuando decimos "perdono pero no olvido" parece que estamos aludiendo a un perdón light, a un simulacro de intento que no pasa de ahí. Pero en realidad, el olvido no puede producirse porque todo lo que hemos vivido, bueno o malo, está en nosotros. Lo que si podemos y debemos conseguir es que el recuerdo no vaya asociado al dolor, ni a la ira, ni a ningún sentimiento que nos corroa...simplemente por un acto de puro egoísmo...evitar beber el venero de nuestro interior que está siempre preparado para el otro.

8 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes, pero que trabajo cuesta perdonar cuando nos han ofendido aun sabiendo que los mayores perjudicados somos nosotros mismos.
    Gracias a tus consejos creo que vamos aprendiendo a que cada día nos cueste un poquito menos practicar el perdón. Germe

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo contigo, yo no podía perdonar a una persona que me había hecho daño haciendoselo a mi marido, pero puse en practica lo de el escalón y pude comrender que él no había querido hacerle mal a mi marido, simplemente por hacer mal gratuitamente.Entonces, pude comenzar el proceso del perdón y puedo decirte que me siento cada vez mejor, más liviana de la gran carga mi mochila. Gracias por lo que me haz enseñado. MIRTA

    ResponderEliminar
  3. Estupendo tu blog!!! casi tanto como tu. Te quiero mucho preciosa. ERES ÚNICA

    ResponderEliminar
  4. !! Gracias por estar!! por compartir estas reflexiones que nos ayudan a todos tanto a seguir!! y sobre todo por la voluntad de sentirnos mejor sin hacer daño a los demás. No es fácil!, ni mucho menos!. Ni perdonar, ni comprender, ni devolver una sonrisa cuando quisieras volver la vista a otro lado, pero es necesario hacer la vida fácil al resto para vivirla con tranquilidad nosotros mismos.
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. ¡HAY LOLICA! COMO TE SUPERAS. ESTÁS SUBIENDO PELDAÑOS SIN CESAR. ESPERO QUE NO NOS PIERDAS DE VISTA, Y AUNQUE YO ME QUEDE MÁS ABAJO, SABES QUE SIEMPRE ME TENDRÁS, AUNQUE SEA PARA AYUDARTE A COGER EL METRO... Y TAMBIÉN SE QUE TE TENDRÉ PORQUE ERES TAN ESPECIAL QUE SE QUE TU BAJARÁS PARA ECHARME UNA MANO CUANDO LO NECESITE.
    ¡COMO ME HAS AYUDADO A MIRAR! Y A VER QUE NO TENEMOS QUE ENTENDER TODO, PERO SI A COMPRENDER Y PERDONAR, AUNQUE SEA SOLO POR CURAR NUESTRO EGO.
    UN BESAZO DE UNA SIMLE "LIMPIA TAZAS"

    ResponderEliminar
  6. Gracias por dejarme sentir que todo el empeño en transmitir sirve. Por estar ahí y por ser capaz de cuidar de ti misma y tu interior... El resto, todo lo que tiene precio, jamás tendrá este valor.

    ResponderEliminar
  7. Me ha encantado!!!me ha hecho reflexionar sobre lo importante que es perdonar para sentirse bien con uno mismo.Un beso muy fuerte.

    ResponderEliminar
  8. Gracias Cristina por haber conectado con la esencia de lo que es perdonar...para uno mismo. Envenenarnos con malos pensamientos y sentimientos de odio solamente nos daña a nosotros, mientras el objeto de nuestra ira vive feliz. Es mejor dejarlo ir de nuestra vida...que quede libre y anide en otra alma que quiera acogerlo.
    Un beso, Cristina

    ResponderEliminar