Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 16 de mayo de 2011

Diferencias

Una de las cosas que menos toleramos son las diferencias. Lo que no es igual a nosotros lo solemos rechazar de entrada por considerar lo nuestro siempre correcto, lo más acertado o lo que está en el camino verdadero. De ahí surge con mucha facilidad la crítica. Ese ponzoñoso veneno que puede hacer mucho daño al salir de nuestra boca de forma gratuita y poco pensada...la mayoría de las veces. Nos cuesta poco desanimar, tan poco como agredir con la palabra o el gesto. Incluso estamos bastante acostumbrados a opinar sobre los demás como si supiésemos todas las condiciones que les rodean, o sus profundos miedos o sus necesidades urgentes. No respetamos al que hace lo contario a nuestras costumbres ni permitimos, sin enjuiciar, que abracen otros ideales o se muevan por motivaciones diferentes. Creemos a nuestra "verdad", la única, y en ese afán desmedido de elevar el ego a centro del mundo, pisoteamos las bondades que animan a los demás a ser cómo son y a guiarse como lo hacen.
Hay que tener cuidado con esto porque hasta la más inofensiva crítica sobre otra persona, lleva en sí la semilla de la discordia y la ausencia de veneración por lo que cada uno decide para sí en el sagrado derecho de protagonizar su vida. Parece que nos toca a nosotros asumir las consecuencias ajenas por el empeño que ponemos en uniformar los criterios, los gustos o la vestimentas. Es como si no quisiéramos que hubiese distintas formas de ver la vida y quisiéramos que todo quedase bajo un velo monocrómo que igualase a la mayoría.
Esa sensación tengo cuando los distintos partidos políticos no se respetan. Cuando el juego dialéctico covierte en proyectiles las palabras, cuando a base de lanzarse miradas que matan, todos se descalifican como válidos, pero sobre todo cuando en nombre de la democracia, que debe ser "respeto" en estado puro, se atropellan tantas veces unos a otros. Mal ejemplo para el ciudadano ya gustoso de ejercer la profesión de criticador oficial en cualquier lugar. ! Qué nadie se parezca a mi!-es lo que nos gusta...pero !qué tampoco sea diferente!...por si dejo de ser el modelo más perfecto para mi mismo.

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