Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 12 de enero de 2014

EL PUESTO EN LA COLA



Este fin de semana me he dedicado a una lectura sobre asertividad; esa voluntad explícita de hacer valer nuestro derecho y demostrar que tiene un lugar no negociable, que le concedemos para que otros no lo atropellen.
Hay personas que esgrimen razones poderosas para justificar, ante sí mismos, la falta de capacidad al defender lo que les pertenece. En estos casos evitan la confrontación o se someten a ella.
Los 4 pensamientos típicos que les asisten cuando ceden su puesto, su derecho y su lugar al otro son:
1.    Los derechos de los demás son más importantes que los míos.
2.    No debo herir los sentimientos de los demás ni ofenderlos, así yo tenga la razón o me perjudique.
3.    Si expreso mis opiniones seré criticado o rechazado
4.    No sé qué decir, ni cómo decirlo. No soy hábil para expresar mis emociones.
(W. Riso)
Efectivamente, esta postura inhabilita el ejercicio de una sana salud emocional, nos limita y nos somete.
Uno de los ejemplos más sencillos y frecuentes que podemos recrear es el típico caso de la cola del supermercado.
A todos nos ha sucedido que alguien, con pocos artículos en la mano, nos pida permiso para pasar delante. La mayoría de las veces accedemos. En unas ocasiones porque sentimos una especie de microlástima inmediata por quien tiene que esperar a varias personas con más objetos en sus cestas, otras porque no nos atrevemos a negar lo que parece un caso de compasión y cortesía básica.
Lo he estado pensando detenidamente y nunca más debemos ceder este puesto que en realidad no es nuestro. En ese momento, inventamos un turno anterior al nuestro que no existe y de crearlo debería ser con el consenso de todos los que van detrás de nosotros.
En caso de ceder algún turno sería el nuestro mismo teniendo, entonces, que ir nosotros al final de la cola y la persona a la que se lo hemos cedido, actuar en nuestro lugar.
Seguro que si por un momento pensamos actuar así, nadie cedería su lugar.
La vida es una gran cola. Actuemos del mismo modo.

2 comentarios:

  1. ¿Como se puede ser asertivo con un familiar que solo piensa en si mismo?

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  2. Xuan, precisamente es ahí donde tenemos que hacer hueco a nuestros derechos y pese a quien pese, darles el lugar que les corresponden. No hace falta ser agresivo, solamente firme a la hora de delimitar es espacio y el lugar de lo propio.
    Una persona egoísta tampoco valorará el esfuerzo que haces porque ella sea siempre el centro del mundo perdiendo tu derecho, en cuyo caso, no estás ganando nada con tu sumisión.
    Su reacción será de repulsa ante la nueva situación pero no ha de importarte, cuando de verdad comprenda que tú tienes derecho a los valores propios cederá su testarudez o se retirará con su pataleo. Todo siempre mejor que someternos siempre perdiendo.
    Mucha suerte !!

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