Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 1 de agosto de 2012

EMOCIONES EQUIVOCADAS

Hemos aprendido a dirigir las emociones que sentimos desde una posición equivocada que nos ha llevado a mal interpretar tanto lo que sufrimos como lo que gozamos, en muchas ocasiones.
Nos han enseñado mal. Hemos observado y hemos repetido esquemas emocionales que están muy lejos de ser los que resuelven lo que nos altera y descontrola y muy lejos también, de ser portadores de la alegría, el bienestar y la esperanza necesarias.
Cuando el dolor va de a mano de cualquier sentimiento, nos han inculcado que le aporta valor. Sin sufrimiento no hay amor, nos han dicho. Si te quieren te dirán verdades que duelan, nos repitieron. Cuando sufras aprenderás…oíamos una y otra vez.
Pareciese que sin la huella amarga del padecimiento no pudiese nadie entender que en un sentimiento hay verdad.
No asociamos la felicidad ganada a la espontaneidad de la alegría interior. No somos capaces de ligar el entusiasmo con la dicha sin buscar más razonamientos. No podemos advertir  el júbilo si viene solo e incluso, si tenemos que reconocer que es así, estaremos ávidos a encontrarnos detrás la sombra del dolor que asociamos parejo.
Cuando la felicidad inunda un pedazo de nuestra vida siempre tememos que muy pronto llegue otra etapa en la que ésta se cobre el premio que nos está dando.
Nos equivocamos al esperar que el valor de los sentimientos esté en el dolor que son capaces de producir. Nos equivocamos, igualmente, cuando creemos que solamente hemos venido a sufrir…y nos volvemos a equivocar cuando definitivamente esperamos que tras la dicha llegue la desgracia como si el juez que reparte la satisfacción de ser felices nos cobrase un impagable tributo que se dilata en el tiempo y siempre queda por cobrar.
Debemos desaprender que el dolor legitima cualquier emoción y la engrandece.
Debemos de aprender que la alegría debería ser el estado natural desde que nacemos. Los niños lo saben muy bien mientras lo son pero lo pierden cuando alguien les dice por primera vez “quien te quiere te hará llorar”, “la vida es sufrimiento” o “lo que cuesta y tiene valor siempre duele”.
Tengo mala memoria. Por eso olvido rápidamente frases como éstas llenas de condena y sometimiento para mi alma, inmensamente libre y eternamente feliz.

4 comentarios:

  1. Así es Flor y Nata, los niños lo saben.
    En la madeja de infelicidad humana, si tiramos de ella todo lo que asoma es dolor, sufrimiento. Y detrás de ese sufrimiento hay un terrible temor a ser feliz.
    Creo que la mayoría de nosotros, tratamos de entender nuestro sufrimiento, si bien mejor será eso, que vivir dentro de él generando rencor y más de lo mismo.
    Sera que el ser humano tiene como primera y última misión aprender a vivir eliminando el sufrimiento de su protocolo de vida. Esa fue la enseñanza de Jesús, esa es la enseñanza de Buda, esa es la enseñanza que nos da la vida cuando enfermamos. Y las frases a las que aludes son manipulaciones e interpretaciones hechas desde el apego al dolor, que no desde la consciencia del dolor.
    ................................Tu modo de hilar es magnífico, dibujas un tapiz maravilloso con tus reflexiones, siempre desde la serenidad de tu alma. Gracias mil veces y siempre.

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  2. Xara dulcísimas palabras!! gracias!!.
    Eres para mi un ejemplo de superación ganada al tiempo, de querer ser feliz, de buscar esa felicidad en la serenidad que queda después del dolor o en la tibia sensación de esperanza que hallas en cualquier lucecita que encuentras a tu paso. Y sobre todo te admiro por la gran capacidad de tu corazón para compartir la felicidad y el amor que encuentras a cada paso.Somos muchos los que disfrutamos de ello!!
    Un beso!!

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  3. Que gran reflexión . Sin más un saludo y decir que el sufrimiento se nos impone en determinadas situaciones de la vida . Es como un Karma adherido a un corazón que anhela plenitud, felidad y gozo. Cuando nos damos cuenta de esta atadura , tendremos que aceptar el sufriemiento como una parte más de la vida pero que siempre prevalece la FELICIDAD . ¿ Cómo llegar hasta ella ? Creo que desatando todo los que nos ata ,a esta vida hemos venido sin ataduras, nos han atado prejucios y sintonías sociales que debemos apartar y alejar de nuestro ser . Donde pongamos un granito de felicidad , seguramente habremos disminuido el sufrimiento . Un saludo .

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  4. Candela, gracias por tu interesante comentario!!. Efectivamente las ataduras nos esclavizan, nos someten y terminan con la espontaneidad de ser feliz por derecho, por el estado natural con el que venimos a este mundo.
    La felicidad no es algo que viene de afuera. Es un estado que se posee y se construye día a día; con la elección de adherirnos a todo aquello que nos aporte serenidad y plenitud.
    Un beso, Candela y feliz día!!

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