Por muy poco que te sugiera este tiempo diferente, algo es distinto; al menos el exterior se inunda, irremediablemente, de luces, cánticos, brillos… que te sumergen en un ambiente que no es el de todos los días.
Lo mejor sería, dedicar un tiempo a la acción. Recordar que muchas personas están enfermas, acaban de perder a un ser querido, no pueden cobijarse o están inmersos en una guerra. Cuando todo eso no está cerca es como si no existiese, pero existe y uno de los objetivos de estas fechas sería recordarlo y hacer lo que podamos porque las desgracias sean menores en gente humana como nosotr@s.
Si lográsemos parar un ratito, hoy, entre troncos de langostinos o patas de corderos, a dedicar un pensamiento profundo de amor y luz hacia tod@s esas personas, además de otras acciones posibles, ya sería un logro.
Prender una velita en nuestra cena, en señal de recuerdo de los nuestr@s y de quienes sufren, puede ser un buen comienzo para que nuestra conciencia recoja el sufrimiento colectivo y aportemos nuestro granito de empatía, solidaridad y compasión para que el dolor ajeno, no lo sea tanto.
¡Hagamos que esos deseos de felicidad lleguen de alguna forma a todas las partes del mundo que lo necesiten! ¡Basta un pensamiento! …un instante de callado recogimiento que se una a otros miles de ellos. No hace falta que se lo digas a nadie, ni que nadie lo note.
No cuesta nada y tal vez, el resultado valga mucho.
Prenderemos una vela 🕯️❤️
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