Todos
tenemos miedo. Todos lo tenemos a algo. Tal vez difiera el objeto del miedo
pero el sujeto es el mismo, nosotros.
Todo consiste en vencer el miedo. En
oponer resistencia aunque aparezca y en hacer lo que tengamos que hacer de
igual modo.
Ante
cualquier nuevo reto, aparece el miedo. Los acontecimientos sorpresivos que nos
descolocan, nos dan miedo. Miedo a salir y miedo a quedarnos. Miedo a las
críticas, a los comentarios, al poder del mal extendiéndose como un virus en
torno nuestro.
El
miedo tiene un enorme poder paralizante. Es un inmenso muro puesto delante de
nuestra intención. Nos bloquea, nos anula.
Podemos
pasar mucho tiempo temiendo. Alimentando nuestros fantasmas. Sosteniendo la
bandera del temor ante el cambio, ante lo nuevo, ante la vuelta de lo viejo… y
sin embargo, en un instante darnos cuenta que es muy simple salir de ello.
En
un simple chasquido de dedos. En un abrir y cerrar de ojos. En esa chispa que se enciende en nuestro
interior cuando vemos con claridad.
Hay
que hacerlo. De un modo u otro. Hay que hacerlo.
Lo
que sea que te cause temor. Aún con él y junto a él mueve tu ficha. Seguro que
al otro lado del miedo te está esperando un puñado de dicha que ni sueñas ahora
mismo.
La
primera satisfacción la tienes asegurada por traspasar tus propias barreras,
tus límites, tus muros. Haber cruzado la línea del miedo nos da fuerzas. Nos
encontramos con otro “yo”. Uno que se aleja casi siempre cuando en vez de “hacerlo” solo lo pensamos.
El
miedo se deshace ante la decisión de avanzar. Pasa con nosotros sin hacer
ruido, espera nuestra reacción, se asegura de su posición y ataca o se retira.
Por
eso, cuando el miedo asome a tus pupilas no cierres los ojos, míralo de frente
y dile tranquilamente que lo vas hacer igual.
Estoy
segura de los beneficios y las bondades de pisar la raya, de poner el pie
encima de la mina, de cerrar la puerta por fuera.
¡Ten
miedo, pero hazlo igual!
Gracias..., querida amiga del alma.Me encanta pensar que las puertas se abren tras el miedo, porque detrás del miedo no hay nada, todo es aparente, nada más. Un beso y mil besos más.
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ResponderEliminarSiiiiii, así es...sólo claridad! No hay que temer y si tememos hay que avanzar igualmente. Un beso y gracias por tu amistad, una y mil veces¡
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