Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 25 de mayo de 2011

Equivocado sentido de la propiedad

Nadie tenemos nada ajeno a nosotros mismos. Y sin embrargo, !!cuánto peleamos por lo que creemos de nuestra propiedad!!. Pensar que somos dueños de algo equivale a engullirlo dentro de nosotros para que ningún otro pueda usurpar lo que creemos derechos sobre lo poseído. Las propiedades materiales no existen en el sentido estricto de la palabra. Nadie puede llevarse consigo ni un sólo pétalo de una flor, cuando parte definitivamente de este mundo. Llegamos a él desnudos de materias que no sean nuestro propio cuerpo...y nos vamos de igual modo. Hasta el cuerpo pertenece a la tierra y tambien hemos de dejarlo aqui. !Qué absurda sensación de que lo que usamos es tan nuestro como para defenderlo con la vida!...cuántas vidas han costado las herencias!!...cuántos sin sabores y cuánta amargura estúpida. Todo lo tenemos prestado hasta el día de la muerte, no más allá y así será para nuestros hijos y herederos...y para los suyos...y los que vengan. ¿Qué poseemos entonces??, ¿qué es lo que realmente podemos sentir nuestro?...¿Qué dejamos y qué llevamos?.
Solamente aquello que construímos con las herramientas del sentimiento, la compasión, la ayuda y la satisfacción de compartir con los demás ...es lo que queda impreso en el alma como posesión propia. Las vivencias, los recuerdos, el disfrute y el gozo con los que amamos van dejando el rastro de lo nuestro allí donde nos instalamos y lo dejará después de que nos vayamos. Si algo se recuerda de los que no están es precisamente lo que fueron, lo que amaron, lo que compartieron y la felicidad que generaron a su alrededor. El resto...son solamente cosas que cambian de manos. El corazón no puede cambiarse; ese es el que  nos pertenece y permanece siempre; ese es el que hace presentes los afectos de los que se han ido para seguir sintiéndoles a nuestro lado.

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