Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 6 de enero de 2014

EMPEZANDO BIEN EL AÑO

Hay muchas formas de comenzar bien el nuevo año pero quizá una de las más útiles y que nos dejarán mejor estado en el corazón, es olvidando lo que hizo daño y se quedó en el pasado y recordando lo que nos hizo vibrar y siempre estará presente, como un dulce suave o un delicado licor inundando un gozo que no se va.
Volcar los enojos en la soluciones nos va a permitir comenzar la andadura de estos nuevos días con libertad para hablar, para aceptar y para rechazar lo que no queremos en nuestra vida. Las soluciones a nuestros problemas están en nuestros pensamientos positivos; ésos que darán como resultado una actitud abierta y expectante ante lo que suceda y los que serán capaces de no presuponer, de no aumentar, de no ver donde no hay.
No hay más remedio que alimentarnos de todo aquello que nos estimule, nos beneficie, nos fortalezca y nos ayude a seguir creciendo para ser mejores personas.
…” Cuenta una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto. En un determinado punto del viaje discutieron y uno le dio una bofetada al otro.
         El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:…Hoy, mi mejor amigo me ha pegado una bofetada en el rostro.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis, donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse y su amigo le salvó.  Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra:…Hoy, mi mejor amigo me ha salvado la vida.
Intrigado, el amigo preguntó:
-¿ Por qué después de hacerte daño, has escrito en la arena y ahora escribes en una piedra?.
Sonriendo el otro amigo respondió:
-         Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; pero cuando nos pasa algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde viento ninguno, en todo el mundo, podrá borrarlo.
Este en mi mensaje para hoy. Olvidar lo que nos ha dolido tanto para no prolongar una agonía de lo que debe estar muerto. Acrecentar los recuerdos de lo que nos ha hecho feliz para prolongar esa felicidad fructífera que solamente ha de engendrar más felicidad; o en cualquier caso, dejarnos siempre, al menos, un buen sabor de boca.

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