Los problemas llegan solos, pero a veces parece que vamos a buscarlos.
Otras veces sabemos que en donde estamos es un lugar problemático y nos
quedamos pegados a él.
Nos cuesta soltar. Pero nos cuesta soltar hasta lo mínimo. No nos damos
cuentas que nos ponemos cadenas y que somos nosotros mismos los que cerramos
con llave y la tiramos lejos. Lo que es peor es que luego nos quejamos de lo que
podríamos resolver.
Cuando llegan tormentas podemos soltar lastre. Podemos de verdad, pero no
queremos. El apego nos puede y eso que sabemos que todo lo que signifique estar
“pegados a” nos lleva irremediablemente al sufrimiento.
No se trata de no sentir por nada y no querer a nada. El desapego no es
indiferencia. Se trata de que nada nos ate a nosotros. De sentir que somos
libres dentro de nuestra parcela e incluso de ampliar el terreno.
La mayoría de las veces, tenemos una actitud muy negativa. No podemos descontrolarnos ante los
problemas porque entonces podrán con nosotros. Se
trata de parar y de observar los recursos de los que disponemos para enfrentar
batalla o para bordearla.
Os dejo este breve relato en el cual se pone de manifiesto que efectivamente
los conflictos no los podemos evitar, que existen las tormentas, pero que
también hay formas de resguardarse de ellas y, sobre todo, maneras de
no inventarnos nuevos problemas o de tratar de no verlos donde no los hay.
“…Al mulá Nasrudín le concedieron una entrevista en una compañía naviera.
El director le dijo:
-"Nasrudín, es un trabajo peligroso. Algunas veces el mar se embravece. Si estás en medio de una gran tormenta, ¿qué harías con tu barco?".
-"Ningún problema. Simplemente bajaría el mecanismo de defensa que
tienen todos los barcos, pesas, enormes lastres que mantienen el barco estable
incluso en medio de una gran tormenta".
-"¿Y si viene otra gran tormenta...?
-"Ningún problema. Volveré a bajar otro gran lastre".
-"Y si viene una tercera tormenta, ¿qué harías?".
-"Ningún problema... más lastre".
El director no sabía qué hacer con aquel hombre. Le preguntó:
-"¿De dónde sacas todo ese lastre?".
-"¿De dónde sacas todo ese lastre?".
-"¿Y de dónde saca usted todas esas tormentas?"
ay que felicidad, resucitaron mis bellos angelitos, BIENVENIDAS a la vida,a la amistad, muchas gracias, que cada dia esten felices, abrazos de oso se cuidan!
ResponderEliminarGracias por tantos bellos deseos!!! que la felicidad te acompañe siempre!
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