Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 11 de octubre de 2017

INFIDELIDAD: ¿JUEGO O TRANSGRESIÓN?





Dicen  que los hombre y las mujeres somos diferentes; que nuestros cerebros trabajan a ritmos distintos y por caminos diversos. Que lo que para unos es un juego, para las otras es una búsqueda de infinitas sensaciones relacionadas con el afecto, la validación, la autoestima y la falta de un sinfín de males que se les imputa a los contrarios.





Muchas veces queremos asimilarnos tanto al otro que nos perdemos en él, no nos diferenciamos y nos olvidamos de que la diferencia también acerca. Otras veces, sabemos que las diferencias están ahí y en vez de utilizarlas como aliciente para construir la mejor relación, las usamos como trampolín para ir en busca de lo que aparentemente nos dará una satisfacción efímera.


Frecuentemente se olvida que la fidelidad es un compromiso de lealtad, mucho más emocional que física; sin que éstas deban separarse.
A todo el mundo puede agradarle otra persona en un momento determinado. Podemos encontrar similitudes, sintonías y gustos semejantes. 


 Muchas veces nos parece que es un reto que no podemos dejar escapar en nuestra vida rutinaria y acomodadamente invariable. Creemos que nos empondera, que entramos en el terreno de la travesura, de los prohibido y por ello apetecible.


Sin embargo, no debemos olvidar que hay líneas que deben marcar territorios y que en nuestro mapa mental no debemos dibujar el destinado a los afectos con puertas de doble entrada.

Todo se ciñe a la lealtad, no con la otra persona, sino con uno mismo. A saber qué es lo que de verdad queremos hacer y que nos hagan. A convertir el sonido de cascabeles en verdadera pieza musical con todas sus tesituras.
El amor de pareja puede acabarse; diría que siempre está en continuo movimiento y que si no termina al menos si cambia.


En una relación de pareja hay que encontrar nuevas formas de relacionarnos, evitando rutinas. No perder las ganas de agradar, pero al mismo/a del que nos enamoramos en su momento y recordar que no le elegimos nosotros, sino algo dentro invisible e indefinido que a pesar de todo puede seguir existiendo.


Si después de revisado el sentimiento vemos que no es así, entonces mejor que ser infiel es despedirnos.



 A tiempo.

 Cuanto antes.

 En estos procesos de amor y desamor se halla uno de los mayores sufrimientos.

Hay muchas almas esperándonos. 

No nos hagamos daño.

4 comentarios:

  1. Excelente lo que compartes. Vivo una situación parecida, mi actual pareja sigue en contacto con su ex novia lo cual me ha llevado a tomar drásticas medidas. Gracias infinitas por tus escritos. Saludos desde Colombia

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti por tus palabras y sobre todo por tu sentir. Hay dterminadas situaciones que una/o no puede aceptar desde dentro de su corazón y a pesar de los esfuerzos por admitirlas, comprendrlas o tolerarlas...se abre una brecha que de alguna forma hay que salvar. Compromiso es la palabra. Saludos muy gratos.*

    ResponderEliminar
  3. Es admisible seguir en contacto con un ex, aún teniendo pareja actual? Saludo fraterno desde Ecuador.

    ResponderEliminar
  4. Considero que un amor, nunca podrá ocupar el lugar de una amistad porque ya rebasó esa dimensión y ahora y siempre será “otra cosa” diferente. Personalmente no podría. Mis mejóres deseos*

    ResponderEliminar