Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 1 de marzo de 2016

LA EXCESIVA PRUDENCIA



Todo en exceso es malo. Sabemos que lo mejor es el difícil equilibrio que tanto tardamos en conseguir.

A veces, las actitudes de cada uno se fraguan muy tempranamente; en el seno de la madre, con sus modelos, amamantando su propio estilo de enfrentarse  a la vida. Otras es la propia existencia la que marca el camino cuando uno sale libre a la selva humana que espera afuera.

Mi padre es un retrato vivo del efecto que la niñez tiene sobre el adulto que allí se construye. Una infancia demasiado normativizada, la rigidez esperando en la puerta antes de salir de casa, los valores encorsetados y dirigidos hacia una bondad extrema y mal entendida hacia los derechos de los demás en detrimento de los propios. 

Un sinfín de caminos erróneos que trazados con la mejor intención, a lo largo de la vida, solo perjudican.

Ahora, se encuentra en una situación delicada. Aún en ella es incapaz de imponer sus necesidades ante la sensación de molestar al que debe de ayudarle, por obligación laboral o por dedicación amorosa.

Vivir con reglas muy estrictas perjudica. Normativizar tanto destruye. Racionalizarlo todo aniquila.

La facilidad para adelantar desgracias y hacerlas reales en la mente sume a la persona en un agujero negro del que es difícil salir. Agobiado por insignificancias, incapacitado por todos los castillos en el aire que los gigantes de su cabeza paren y sin dónde recurrir, se arruina el edificio de un hombre fuerte dentro de sus rectos carriles e indefenso fuera de ellos.

La vida es para vivirla con flexibilidad porque está sometida al incesante cambio a cada instante. La norma, la rigidez mental solamente puede apartarnos de ella y aislarnos como seres incapaces.

Cuanto más seas capaz de cambiarlo todo en un instante y sentir dentro de ti que no ha pasado nada, mayor felicidad tendrás asegurada y mejor calidad de vida te espera.

Es la lección que he sacado estos días.

Me parece muy importante.


2 comentarios:

  1. Aunque la primera norma está en nuestra mente. Nadie nos limita tanto como niuestros propios pensamientos. Me parece que has dado en el centro una vez más. Estamos demasiado sometidos, demasiado pendientes de la reacción exterior, demasiado asustados, demasiado dormidos. Por mi parte, la ruptura de esa "norma" parte de la falsa creencia de no ser querida, de no ser amada...y, sea o no cierto ésto genera todo un universo de falsedad nada que ver con la Verdad de mi vida.
    Un abrazo Flor y Nata

    ResponderEliminar
  2. Efectivamente, ese es el centro de la cuestion. Demasiados miedos, excesivas creencias limitantes... Barreras y muros mentales que debemos desmontar si queremos salir adelante en la vida y que no nos arrastre la corriente de otros.
    Gracias por el comentario y por estar siempre!

    ResponderEliminar