A
MI QUERIDO CORAZÓN
¡Eh!
Tú…escucha! A ti te hablo!
Óyeme
atento, no dejes de oírme!
Pon
toda la atención de la que eres capaz
Y
deja luego mis palabras reposar en ti…
Germinar
el vergel en el que reposarán mis sueños.
Habla
luego si quieres, dime, repróchame, alábame
Corrígeme
o méceme dulcemente en tus entrañas.
Te
diré que un día vi sus ojos e imaginé sus besos,
Que
fue un instante perderme en ellos,
Que
mi vida cambió para siempre con un suspiro,
Que
los días llevaban su nombre y las noches,
Cambiaron
de repente su amargo frío.
Tu
sabes que soy guerrera en combates enemigos,
Que
no tengo miedo y que la fuerza está conmigo.
Sabes
que por el amor me derrito
Y
que solo uno lo ha conseguido.
Tiembla
despacito cuando llegue el tiempo
De
hacer realidad lo que tanto ha dicho,
Envuélveme
en sus delirios
Y
haz con él, lo que has hecho de lo mío
Que
no tenga paz su sosiego
Y
que no tome el norte, sino el desvío,
Que
apague fuegos en el centro impío
Y
que se olvide del mundo
Para
construir uno a mi lado y con brío
Que
sus canas no tengan edad ni olvido
Que
brote la juventud de ese corazón
Que
siempre ha sido joven sin descuido.
¡Díselo
corazón!...dile todo esto, al oído
Y
dame la respuesta que yo desde aquí, te pido.