Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 20 de julio de 2019

CON EL TIEMPO...



Con el tiempo uno entiende muchas cosas…

Los que te quisieron incondicionalmente,

Los que te amaron porque se amaban a sí mismos,

Los que te ayudaron por generosidad sin cambios,

Los que fueron tus amigos con la sinceridad como bandera,

Los que se acercaron para obtener su mejor trofeo,

Los que marcharon antes de tiempo.



O los que se quedaron demasiado.

Con el tiempo vuelves a equilibrar la balanza,

Y te das cuentas que el valor nunca tendrá precio,

Vuelves a descubrir  que lo que te emociona

no tiene por qué coincidir con lo que te obsesiona,

y encuentras razones que se habían escondido

cuando te habían condenado al exilio.

Con el tiempo entiendes que no era necesario.

Ni hacer daño, ni las mentiras, ni la locura, ni el sobresalto,

Y , por fin, descubres que la paz vale más que la pasión

Y que solamente te encuentras contigo cuando no te escondes con alguien.

Con el tiempo puedes respirar y reconocer el aire que te mantiene vivo.

Y advertir que tarde o temprano nada estará junto a nada,

Que todo es pasajero, que vivimos un sueño corto

En dónde lo único permanente, es el cambio.

Con el tiempo, todo será silencio, 

sin dolor ni pensamientos amargos.

Con el tiempo, ni tú ni yo, 

 importaremos nada.

jueves, 18 de julio de 2019

GENTE ESPECIAL



Muchas veces he pensado en lo diferente que es el paso de unos y otros por esta vida.

Hay gente magnífica que en un placer estar a su lado, que facilitan las cosas, que no tienen pereza para ayudar, que saben escuchar y que son transparentes como el cristal. Personas que sin pretenderlo, te hacen sentir segura, te motivan y te impulsan a ser mejor.



Otras, sin embargo ponen zancadillas, proyectan su envidia, disocian su ego, triangulan y se las ingenian para hacernos sentir todo lo contrario: duda, zozobra, inquietud y duda.

Hay personas que han llegado para mejorar el mundo, para colaborar en un proyecto vital en el cual su entorno avanza. Que dejan huella, que encajan recuerdos en el alma imborrables, que se hacen querer por su grandeza con los demás.

Otras, solamente tienen como punto de mira su persona y todo lo que satisfaga las necesidades y los placeres propios, quedando lejos los efectos devastadores que causan en el resto.

Hay personas que construyen; hay personas destructivas.
Y entre ambas, un amplio abanico de seres que se dejan llevar por las circunstancias, que están a la deriva de ellas y que reaccionan en vez de responder.

¿Podemos elegir en qué grupo estar?. Posiblemente, no.
Cada vez extraigo más sentido a la fábula de la rana y el escorpión. La condición de cada uno va impresa en su ADN. Difícil el cambio; tal vez, no imposible.

Me quedo con la gente especial, la que trae paz a nuestra vida, la que te hace sentir segura de que puedes desplegar toda tu confianza en ellas. Pequeños ángeles diarios que están a nuestro lado o llegan sin esperar.

Elige la calidad de las cualidades, no la cantidad de lo contable. 

Lo último no añade nada a nuestra armonía. Lo primero logra de inmediato que nos sintamos geniales desde dentro, en lo más íntimo e intransferible. 

Traen paz.

lunes, 15 de julio de 2019

LO QUE ENGAÑAN LOS SENTIDOS

Estamos demasiado acostumbrados a la información que entra por los sentidos. Lo que vemos, lo que escuchamos, lo que tocamos…pero a veces, estos no son la cara real de lo que hay detrás.

Podemos encontrarnos con situaciones y personas que parecen extraordinarias, con momentos que se presentan exultantes, con sensaciones que entendemos únicas. Y con ello, vamos formando nuestros juicios y categorizando los sentimientos.



“Esta persona es estupenda, es sensible, es callada, es controlada, sabe escuchar, decide con rapidez, protege”…y un sinfín de apariencias que van tejiendo la historia sin entender que hay silencios llenos de historias paralelas que nos asustaríamos si las conociésemos.

Me inclino a dar importancia a los sentidos también; pero desde luego que hay que saber ver, escuchar y advertir la información del lenguaje no verbal. 

Lo que comunica el cuerpo pocas veces es controlable por la voluntad para dirigir los hechos por un lado u otro. Hay que unirlo todo y añadir la intuición. Ese sentido ciego que tiene una poderosa visión. Esa sensación  certera que cae siempre en la verdad, aunque ésta quiera ocultarse. Esa poderosa facultad que está en cada uno de nosotros y que hay que saber utilizar y dar crédito.

Lo cierto es que la vida es una jungla humana; peor sin duda que la de los animales. Hay que aprender y rápido. La empezamos creyendo en la bondad de la gente, en que todo va a estar a nuestro favor y desconocemos que sucede todo lo contrario.

Tenemos que abrirnos camino, pelear contra los truenos y los rayos y lo que es más complejo, lidiar con lo que parecen olorosas flores y son venenosas plantas carnívoras.

Ser devorados es sencillo si no estamos alerta. De ahí que tengamos preparada la intuición, dispuesta a integrar como válido cada aporte que nos haga y sobre todo, disponible a cada instante para reinterpretar  cada información que le pasen los sentidos.

Posiblemente, si la usásemos más, lo veríamos todo más claro.

 Comprenderlo alivia el sufrimiento.


domingo, 14 de julio de 2019

VOLVER A EMPEZAR



Siempre parece duro volver a empezar, pero en ocasiones es una oportunidad para encontrarnos con nosotros mismos, para conectar con lo que éramos antes del terremoto y para poner a prueba las inmensas posibilidades que la vida puede traernos.



Si siempre hacemos lo mismo, nos encontraremos con idénticos resultados. Cuando vemos que algo no va bien hay que probar de otra forma. Solemos empeñarnos en realizar las mismas acciones, dar los mismos pasos, saltar el obstáculo hasta que llega el siguiente…y desgastarnos en esfuerzos inútiles que nunca dan el fruto deseado.

Volver a empezar es renacer de nuevo, cambiar de hábitos, mirar de frente y seguir con nuestro mejor yo. 

Todos nos equivocamos. Todos cometemos errores. Pero no todos sabemos extraer el aprendizaje que nos muestran; porque confundirse es una oportunidad para no repetir lo mismo y si lo hacemos, la vida nos pondrá delante, una y otra vez, idénticas dificultades hasta que aprendamos lo que queremos, lo que no y lo que nunca jamás.

A veces, la pena nos mata. Hay personas que sufrimos por lo nuestro y por lo de los demás. Temenos siempre hacer daño, sentimos hasta el más mínimo detalle que moleste al otro, nos llega muy dentro el dolor ajeno y hasta queremos resolverlo como sea.

Hay que ayudarse a uno primero. Posiblemente, mucha gente trate de salvar a otra cuando ella misma está ahogándose. Y al final vemos que todo es más fácil de lo que parecía. Que no pasa nada. Que la vida sigue y nosotros con ella.

Volver a empezar significa no mirar atrás si estamos seguros de haber aprendido la lección.

Cada día será una nueva oportunidad de vivir otras cosas, de otra forma, con otro talante, sabiendo sobre todo lo que uno no quiere que se repita nunca más.

Volver a empezar, otra vez; una y mil veces si es preciso hasta que estemos en lo nuestro.