No es de ahora, ni de ayer, ni de hace un mes... la encontré rebuscando en el olvido. Eso sí, es mía y a mi corazón, su destino.
Aquí os la dejo.
¡Eh!
Tú…escucha! A ti te hablo!
Óyeme
atento, no dejes de oírme!
Pon
toda la atención de la que eres capaz
Y
deja luego mis palabras reposar en ti…
Germinar
el vergel en el que reposarán mis sueños
Habla
luego si quieres, dime, repróchame, alábame
Corrígeme
o méceme dulcemente en tus entrañas.
Te
diré que un día vi sus ojos e imaginé sus besos,
Que
fue un instante perderme en ellos,
Que
mi vida cambió para siempre con un suspiro,
Que
los días llevaban su nombre y las noches,
Cambiaron
de repente su amargo frío.
Tu
sabes que soy guerrera en combates enemigos,
Que
no tengo miedo y que la fuerza está conmigo.
Sabes
que por el amor me derrito
Tiembla
despacito cuando llegue el tiempo
De
hacer realidad lo que tanto has dicho,
Envuélveme
en inauditos delirios
Y
haz con él, esperanzas llenas de suspiros
Para
apagar fuegos desde su centro impío
Y
que se olvide del mundo
Para
construir uno a tu lado, con brío
Que
brote la juventud de ese corazón
Que
siempre ha sido joven y tímido.
¡Díselo
corazón!...dile todo esto, al oído
Y
dame su respuesta, sin palabras ni ruido.