Lo
que menos queremos hacer, en ninguna de las cosas de nuestra vida, es perdernos.
Ponemos
cuidado cuando exploramos un territorio nuevo, una ciudad, un paraje o incluso
un automóvil. Todo aquello en donde nunca hemos estado, es un campo por conocer
en el que ponemos toda nuestra atención. Queremos saber dónde estamos y dominar
la ruta.
Cuando
esta circunstancia la llevamos al terreno de las relaciones, las consecuencias
de perdernos son peores. Bien porque ello signifique renunciar a una parte
importante de nosotros mismos, o bien porque conlleve desterrar de nuestra vida
algo importante.
Cuando
una relación fracasa, siempre me pregunto en qué punto comenzó a fallar.
Cuándo, aún sin notarlo, se abrió la brecha que no volverá a unirte jamás a esa
persona. De qué modo sucedió sin hacer ruido; pero sobre todo, qué pude hacer
para evitarlo. Tal vez la respuesta sea, nada.
Todo
cambio comienza alguna vez en algún lugar del alma. Posiblemente, y sin darnos
cuenta, las circunstancias ayuden o uno mismo esté proclive a ello sin
percibirlo. Todo es muy sutil. Pero todo, también, conlleva decisiones tomadas
y elecciones hechas.
Sería
interesante conocer cuándo pasó y sobre todo, cómo llegó. Sin duda, el momento
estará volviendo la vista atrás, lejos de cuando se produce el distanciamiento
de verdad. Irremediablemente injusto para nuestro compromiso pero,
lamentablemente real para nuestro proyecto como personas unidas por ello.
Pienso
que deberíamos conocer ese punto donde nos hemos perdido o donde se perdió el
otro. Caminamos mucho más tiempo suponiendo que no ha ocurrido nada y no hay
peor caminar que el que es a ciegas.
Cada
vez me gusta más revisar mis pensamientos, mi forma de sentir, las palabas que
salen al exterior, las críticas, los juicios y ese pedestal en el que creemos
estar subidos desde el que abrazamos
tantos despropósitos, a veces.
Sería
un inmenso logro, una pasaje hacia la armonía y la solidez de las relaciones,
conocer en qué punto hemos comenzado a perdernos. Tal vez, así, no sea
imposible de reconducir pero lo será si pasa el tiempo y el abismo crece entre
las personas implicadas.
Todo
un reto.