Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 14 de junio de 2023

SI NO EXISTIESES...

 Si no existieses, 

tendría que inventarte e imaginarme campos llenos de trigo y miel, mares surcados por olas cristalinas salpicando escarcha, niños de ojos dulces inventando besos y blancas risas.

Tendría que acudir al mago del tiempo y preguntar por los segundos felices, por los minutos repletos de risas locas, por las horas eternas llenas de amor sin freno.





 

Si no existieses,

Tendría que llamar a la puerta del guardián de los sueños por aquellos que tejimos juntos al pie de los olivos verdes, por las mañanas tempranas de pasión ardiente, por las noches calladas en las que solo un beso hablaba por nosotros, dulcemente.

 

Si no existieses,

Volvería al lugar sin tiempo donde me encontraste triste jugando con las lágrimas que se enredaban en mi vientre, al rincón sediento del corazón durmiente y a esa copa vacía de vino amargo que mis ojos ciegos derramaron en tu frente.

 

Si no existieras…si no existieses,

Preferiría dormir un sueño largo en la tripa de un cetáceo varado en la arena caliente, sintiendo cada grito desesperado por tu ausencia, como un eco ronco que nadie atiende.

 

Si no existieses…

Bajaría una estrella para iluminar el hueco frío de tu ausencia líquida entre mis dedos abiertos, de par en par, para pedirte que volvieses.

domingo, 11 de junio de 2023

APRENDIENDO A DESPEDIRNOS

     Dice, nuestro conocido Risto Mejide que madurar es “aprender a despedirse”, que lo estamos haciendo desde que nacemos con las múltiples personas, animales o cosas que nos acompañan en este camino nuestro de la vida de cada uno y que cuando uno sabe, realmente, decir adiós sin morir en el intento es el  momento en el que descubres que has crecido, que puedes seguir vivo sin derrumbarte a pesar de lo que pase. 




         No es fácil, nunca, las despedidas de los seres que amas pero, en ocasiones, separarnos de alguien porque no hay otro remedio, y la vida así lo decide, es mejor que saber que se van de ti sin razones ni remedios.


         El cerebro siempre intenta sobrevivir a las desgracias. Siempre nos lleva hacia delante y descubre estrategias para conformar a nuestro corazón. 


Estamos entregados a la vida. Estamos para ser felices y llevar dentro de nuestra alma la felicidad que otros seres nos han dado. Estamos llenos de la energía y la luz que otros dejaron en nosotros y nosotras como polvo de estrellas luminosas que permanecen junto a nuestro discurrir, siempre.


         No hay manuales para aprender a vivir. No hay manuales que nos enseñen a continuar con el dolor. No los hay para remediar las desgracias o para transformar la desilusión en alegría. Pero es la propia vida la que enseña a vivir y también nos ayuda en ese final que tenemos, cada vez más cerca, y al que todos y todas nos dirigimos inexorablemente.


         Porque despedirse no siempre significa decir “adiós”. Porque será como cada uno quiera dentro de su corazón y nadie ni nada podrá impedir nunca que los lazos que te unieron con lo que se va, continúen en ti.