De nuevo con vosotros, para ofreceros el poema que casi pone punto y final al poemario “Heredera de ti”. Solamente nos queda un poema para el próximo sábado.
Gracias por vuestra sintonía con mi sentimiento. Gracias por vuestras pupilas que recogen este dolor de dentro. Gracias por entrar en este rincón sin tiempo.
PALOMAS DE
VIENTO
¡Qué pocas cosas
Te quedaban tuyas!
¡Cuánto perdiste
En un momento!
La brisa del aire fresco,
La mar en calma
De tus adentros
La luz de la mañana,
En el silencio sordo
De tu contento.
Perdiste de golpe,
El gozo de los sueños.
Y te quedaste a solas
Con tus silencios.
Llegaron ellas y a ti misma
Te trajeron, la abertura
De tus labios, sonriendo.
Aquellas palomas de viento
Que se posaban en tu alfeizar
Gimiendo,
Aquellas que rozaban tu piel
Ardiendo,
Por la despedida, que sin saberlo,
Ellas, te estaban haciendo.
¡Ahora lo entiendo!
Y yo impedía a tus manos
Recompensar con pan, su aliento
No entendí que con ellas
Subiste ya al cielo.
Tampoco les perdoné
Que nunca más,
Te devolvieron!