Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 29 de agosto de 2019

LO QUE NO SABEMOS DE NOSOTROS



Lo que no sabemos de nosotros es mucho. Lo que creemos que sabemos es la punta del iceberg. Lo que ignoramos es casi todo.

Estamos llenos de temores, de inseguridades o de lo contrario; de prepotencias y chulerías. Nos encontramos como el patito feo o nos vemos como Narciso. En el medio nos dejamos un montón de matices que son los que de verdad definen cómo somos, cómo entendemos la vida o qué forma de interpretarla tenemos.



Lo que nos puede resultar difícil o repulsivo, visto de otra forma, puede ser tolerable o carecer de la importancia que le damos.

A veces, es mejor no analizar tanto y dejarnos llevar más. Vivir en el momento y obviar un futuro que sólo se construye día a día o el pasado, cuyos males ya no pueden alcanzarnos si somos conscientes de que caminamos siempre hacia delante.

Lo que no sabemos de nosotros, lo sabe el resto. Nos ven, nos observan, valoran y actúan en consecuencia. A veces, los que creemos que nos tratan mal lo hacen porque saben que pueden. Conocen nuestros límites y los vacíos que les dejamos al descubierto. Nos conocen mejor que nosotros mismos y eso sí que es una estupidez que nos cuesta muy cara.

Tenemos un valor intrínseco que pasa desapercibido para muchos. Creemos que todo lo que está fuera es mejor, que el vecino es más feliz, que el compañero ha logrado lo que nosotros tanto queremos y que siempre la excelencia está fuera.

No somos conscientes de que a todos nos pasa de todo. Nos ponemos en el centro de la diana de la desgracia y nos creemos las mayores víctimas de un dolor que parece elegirnos intencionadamente.

Necesitamos un baño de egocentrismo que nos equipare a quienes admiramos tanto porque en definitiva no tenemos ni idea de lo que podemos llegar a ser o mejor dicho, de lo que ya somos.
Volvamos la vista hacia nosotros y mirémonos bien.  

Descubramos lo inmensos que somos y después salgamos de nuevo a la vida, con el esplendor que ya poseemos.