Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 6 de julio de 2019

EL EGOÍSMO GENEROSO



Organizando archivos me he encontrado con esta reflexión.
Nos han educado contra el egoísmo que siempre relacionamos con aquello que nos beneficia. Pero esto no tiene por qué ser negativo. Ir en contra de los intereses de otro no supone una falta.



Tomarnos en serio a nosotros mismos es darnos valor; el que esperamos que nos conceda el resto y de quienes casi nunca llega.

Comenzar a ponernos en primera línea equivale a sentirnos vivos y valiosos, dignos de amor y merecedores de todas las bondades que puedan pasarnos.

Lo contrario no sólo nos perjudica, sino que demuele los cimientos de nuestra autoestima y socava la fortaleza necesaria para autoafirmarnos en el mundo.

El egoísmo va simplemente de tenernos en cuenta porque cuando traspasa el límite del abuso en detrimento impune contra los demás, ya no es tal sino que se convierte en maldad.

Hay un egoísmo generoso que nos ayuda a estar bien con nosotros mismos y que nos prepara para regalarnos a quienes creemos que lo merecen.

Veamos.

“…Llegar a elegir desde tu corazón lo que sientes mejor para ti, puede parecer al principio egoísta. La idea de ser egoísta es una barrera que tenemos y que hemos usado en nuestra contra.

            El concepto del egoísmo es la asociación de la vergüenza y la culpa con la de amarse a sí mismo. Estar controlado por la idea del egoísmo es sacrificar tu propia alegría. Es el encontrarse atado a la idea de que es auto-complacencia negativa y peligrosa.

         La paradoja es que no hay nada más grande que ponerte primero a ti mismo, de manera que puedas experimentar la energía y el poder de tu ser interior.

          La base para generar amor en el mundo comienza por amarte a ti mismo.

       Eligiendo lo que te hace sentir mejor, desde tu corazón, es simultáneamente la cosa más egoísta y la más generosa que puedes hacer.

          Es ver la ilusión de la polaridad egoísta-generoso como un mecanismo de control y limitación. Soltarle es ver más allá del juicio de la auto-complacencia.

Ser generoso es egoísta, y ser egoísta es generoso.

Ayudar al todo es ayudarte a ti mismo.

Ayudarte a ti mismo es ayudar al todo.”
(Autor desconocido)

viernes, 5 de julio de 2019

COMO GOTAS FRESCAS...



Como gotas frescas, quiero

sentirte sobre mi piel caliente.

Como aire nuevo, quiero 

que soples sobre mi boca ardiente.



Como fuego latente, quiero 

que enciendas mi esperanza.

Como tierra húmeda, quiero 

que me siembres siempre.

Si tuvieses alas como las alondras encarnadas,

Si pudieses lanzar lejos tu mirada 

sobre el enredo impío,

 entre el silencio y la charla,

Si pudieses abrir tu mente

 y mirarme dentro,

Si algún día de las ansias 

hiciese fuego lento.

Como besos limpios

 sobre sábanas manchadas

Como sueños viejos 

hechos de lana y paja,

Como vida nueva

 que engendras entre mis nalgas

Como muerte lenta 

que desgranada la algarada.

Si llegas pronto la llave

 te dejo entre mis plantas,

Si llegas solo hazlo

 con tu vida atrás dejada.

Si llegas con el “no”

 en secas  palabras,

Trae  savia  nueva 

que devuelva el sonido a esta nana.

Como agua fresca, salpica y salta,

Sobre el mudo que no me has dado 

y que ya es historia en mi mirada.

Y si es así, si ya no quedase nada

Vuelve el rostro y salta la valla.

Te encontraré en otro sitio,

En otro lugar y en otra cama.

Como gotas frescas,

Sobre mi piel callada.
  

domingo, 30 de junio de 2019

NO PASÓ NUNCA



Todos tenemos fantasmas en nuestra vida. Sucesos que preferíamos olvidar. Unos con consecuencias importantes que tal vez los hagan presentes a cada instante, otros menos trascendentes en cuanto a los resultados visibles, pero tal vez no para el sosiego del alma.

Si piensas por un momento en tu vida, ¿hay algún suceso que hubieses preferido no vivir?¿Y en caso de que lo haya, lo recuerdas a menudo?¿has sido capaz de aplicar la frase liberadora “ No pasó nunca”?.



Lo cierto es que no estoy de acuerdo con la consabida frase aplicada al perdón;…” sí, yo perdono pero no olvido”… Es como una especie de sentencia demoledora en la que el acto de perdonar queda cojo. Se utiliza banalizando lo que supone “perdonar”, “liberar” el odio, el rencor de ti. 

Efectivamente, queda como una especie de resquemor al decir” no olvido”, situación absurda, por otra parte, porque efectivamente nadie podemos olvidar nada de lo vivido lo cual no significa que el recuerdo nos instale en el rencor y la amargura permanente porque entonces no hemos perdonado.

En el caso de aquello a lo que podamos aplicar la frase “no pasó nunca”, se opera una especie de  autoengaño que nos ayuda a vivir. Es como protegernos de nuestro propio remordimiento, de esa conciencia tirana que actúa como riguroso juez cuando hay algo en lo que hemos actuado mal.

Sin embargo, a veces es muy útil. Levantamos una pared ante hechos que no pueden remediarse y podemos seguir con la vida que, por sí misma, traerá nuevos capítulos donde poder aplicar lo que aprendimos en aquello que queremos olvidar.

Sabemos que si no logramos aprender nos volverá a ir mal.
Hemos venido a experimentar, a recordar y a mejorar. 

Hagámoslo lo mejor posible, pero si en el medio del proceso caemos de nuevo, no nos torturemos. 

“No pasó nunca”.