Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 26 de septiembre de 2018

NO REZO...



…”No rezo para verme protegido de los peligros,

Sino para no tener miedo de enfrentarme a ellos.

No quiero rogar por el dolor de mi dolor,

Sino por el corazón fuerte para conquistarlo.



No anhelo el miedo del ansia de ser salvado,

Pero espero en la paciencia de ganar mi libertad

Y esta me conceda no ser un cobarde,

Sintiendo en soledad el temor de tu ausencia;

Pero déjame encontrar el agarre de tu mano en mi fracaso.”

(Traducción aproximada de un verso de Rabindranah Tagore.)

Añado:

No rezo para sentirme libre del pecado esclavo,

Sino para caer en él y superarlo.

No rezo para encontrarte en vírgenes y santos,

Sino para tener la fe en el corazón varado.

No rezo para alcanzar la felicidad sonora

En la cáscara de lo amargo,

Sino para ver la luz en mis sombras 

Después del llanto que cae sobre mis labios.

No rezo para que alejes el mal de mi lado,

Sino para que aun existiendo, sepa transformarlo.

Rezo para que me tomes de la mano

Y hagas de mí el mismo dios al que alabo.


Nota: No dejes de escuchar, en silencio, con los ojos cerrados la música de Levon Minassan.

lunes, 24 de septiembre de 2018

PEQUEÑOS PLACERES




No valoramos los pequeños placeres que se incardinan en las rutinas hasta que dejamos de hacerlas. La mayoría de las veces nos enfocamos en lo que nos faltan y no en lo que tenemos. No lo valoramos suficientemente hasta que llega un momento de parar y darte cuenta de que lo más simple es lo que constituye la felicidad del día a día.




Tengo la facilidad, la virtud y la necesidad de ser muy agradecida, ante todo a todo. Y me fijo mucho. Si observamos bien, hay días en los que parece que la vida nos sonríe y cada detalle constituye una flor de un ramillete que nos regala la vida cuando por la noche vamos a dormir y hacemos balance.


Pequeñas cosas que están a tu favor. Mínimos detalles en los que de alguna forma compruebas que no le eres indiferente a la vida y que como tal debes agradecer estar en ella y vivirla intensamente.


Hay otros placeres que no debes esperar que vengan del exterior. Podemos dárnoslos nosotros mismos. No necesitamos a nadie que venga a regalarnos ese trocito de felicidad que nos hace falta cada día. Podemos dárnoslos nosotros mismos, en lo que nos guste. Porque recompensarnos es reconocernos como valiosos, como merecedores de ocuparnos de nosotros mismos y no solamente de los demás y sobre todo, capaces de ser felices desde el interior y no solamente esperando premios externos que o no llegan o se dispersan mucho.

Hay muchísimos pequeños placeres que nos regala la vida, que podemos regalarnos nosotros. Fíjate día a día, detalle a detalle y seguro que encontrarás aquello que nos sabe dulce y nos huele fresco.


Hay que observar. Hay que apreciar. Hay que aprender. Hay que actuar.


Hay muchos pequeños placeres al alcance de tu mano. 


¡Dátelos.!